Parece un monstruo auténtico, pero tiene una explicación. Así se vería el ser humano si lo observamos a través de la capacidad sensorial

El mundo de las sensaciones es casi infinito además de muy interesante. Las neuronas, aquellas células que nos ayudan a entender el mundo que no rodea son una parte crucial. Es más, en la actualidad hemos medido la velocidad de pensamiento humana y es increíble. Ahora bien, ¿cómo se vería todo esas sensaciones si las colocáramos proporcionalmente en una figura humana? Así se fabricó el homúnculo sensorial y parece un verdadero monstruo, aunque es muy ilustrativo.

Si hay algo que define al ser humano son las sensaciones. Nuestro cuerpo está creado para recoger y procesar la máxima cantidad de ellas. Aunque es verdad que muchas se escapan, por ejemplo, los perros pueden escuchar ultrasonidos, lo cierto es que el ser humano puede ver, notar, oler y escuchar una amplia variedad de cosas.

El homúnculo sensorial es una extraña, pero representativa figura

Disponer de esas características sensoriales nos ayuda no solo a entender el mundo que nos rodea, sino a sobrevivir el día a día. Por eso mismo, cuando a una persona le falta una de las capacidades sensoriales como el oído o la vista, la vida se complica. Curiosamente la falta de una de las capacidades aumenta la capacidad del resto. Algo que sin ir lejos ocurre en las personas ciegas.

Conociendo estos datos un día alguien creo lo que se llamó “homúnculo sensorial” esto es una figura realizada sobre la base de nuestras sensaciones. Es decir, cómo sería el cuerpo humano si trasladáramos al mismo el plano de las emociones. Hecho esto el resultado es una figura bastante monstruosa y descompensada por todos lados.

Cuando te sientas una persona fea, piensa en esta escultura del “homúnculo sensorial” y seguro que se te pasa un poquito 🥳 pic.twitter.com/WbXngCryre

— Mugu 🤠Ψ (@MuguPiensa) December 6, 2020

Lo que más nos llama la atención de esta son las manos, ya que son inmensas. El tacto es una de las características más importante, ya que gracias a él podemos notar las rugosidades, suavidad y en definitiva sentir como es una cosa que cogemos.

Por otro lado sorprende también el tamaño de la cabeza, los labios, la lengua y las orejas. Estos cuatro puntos son la entrada de otra gran cantidad de información sensorial. La comparación de tamaños entre estas partes y el resto del cuerpo es significativa, puesto que nuestros brazos, piernas y torso se mantienen en un tamaño muy pequeño. Aunque es verdad que podemos sentir igual que en las manos, no recoge la misma cantidad de datos.

Con estas características y pasándolas proporcionalmente a la composición de un cuerpo este queda ciertamente muy raro, pero muy significativo, ya que la mayoría de las sensaciones las recogemos por las manos y la cabeza.

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