El otro día alguien se encontró en medio de la jungla keniata un misterioso objeto metálico circular. Medía más de dos metros y medio y pesaba cerca de 500 kg. Al parecer el estruendo que causó al tocar el suelo se oyó a 200 km de distancia.
Ahora la Agencia Espacial de Kenya lo ha identificado como un anillo de separación de un cohete, aunque todavía no se sabe de qué cohete y, por tanto, quién es «el propietario». Todo un enigma que seguramente se resolverá pronto. Además del artículo en Nation hay un vídeo del noticiario de la NTV al respecto.
La zona se mantiene acordonada para evitar a los curiosos que hay por allí, pero el suceso ha causado cierta conmoción. Aunque este tipo de piezas de los cohetes multietapa están diseñadas para quemarse completamente en la reentrada, antes de llegar al suelo, a veces sucede como en este caso y por alguna razón llegan a tierra casi intactos. Naturalmente, si un chisme de esos, con su sólida media tonelada de peso, cayera cerca de zonas pobladas, de gente o de sus posesiones –por improbable que sea– podría causar graves daños.
No creo que sea demasiado difícil dar con el propietario, ya sea por marcas, diseños o números de serie en la pieza. En el peor de los casos se pueden revisar las trayectorias de los cohetes lanzados ese día. Así que a alguna empresa o agencia se le viene encima un «aviso», por no decir un multazo, por haber sido un tanto descuidados.
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