Microsoft ha desarrollado algunos de los sistemas operativos más queridos de la historia. Por un lado, Windows XP, tremendamente estable en comparación a sus predecesores; contaba con un código sólido y confiable para todo tipo de usuarios. Por otro lado, Windows 7, lanzado en 2009; solucionaba algunos de los problemas más graves de Vista, su antecesor, ya que administraba mejor los recursos y ofrecía una experiencia más fluida incluso en hardware algo antiguo.
Parece que Microsoft, al igual que Nintendo con sus videoconsolas, suele acertar con las versiones alternas de su sistema operativo para ordenadores de sobremesa, portátiles y dispositivos híbridos, ya que Windows 10 desbancó en seguida a Windows 8, pero no está teniendo la misma suerte con su último software, Windows 11.
A pesar de que Windows 11 lleva con nosotros varios años, desde octubre de 2021, está teniendo problemas para ganar adeptos. Si bien en los últimos meses había aumentado su cuota de mercado, ha vuelto a reducirse, y unos cuantos usuarios han vuelto al viejo confiable Windows 10. El problema es que este último va a finalizar su soporte en los próximos meses.
Windows 10 continúa siendo el sistema operativo más usado de Microsoft
Windows 11 introdujo cambios importantes en términos de diseño y funcionalidad, con características exclusivas que buscan mejorar la experiencia de usuario, así como la productividad e integración con tecnologías más modernas. Aparte de una interfaz renovada, más limpia, moderna y minimalista, cuenta con un soporte mejorado para escritorios virtuales, integración con Microsoft Teams y mayor rendimiento en algunas aplicaciones.
Según los datos de Statcounter, Windows 11 tuvo la mayor cuota de usuarios en octubre de 2024, alcanzando el 35,5%. Desde entonces, ha estado perdiendo cuota de mercado, al mismo tiempo que Windows 10 reforzaba su liderazgo. En diciembre de 2024, el anterior sistema operativo de Microsoft contaba con el 62,7%. Lleva tres meses ganando nuevos adeptos.
Se trata de un grave problema para Microsoft y, en definitiva, para los usuarios, ya que el soporte de Windows 10 terminará en octubre de 2025. Teniendo en cuenta que más del 62% de los ordenadores utiliza Windows 10, se tiene que producir una actualización masiva al último sistema operativo de la compañía.
El problema es que muchos equipos que son totalmente compatibles con Windows 10, no lo son con Windows 11. Y es que Microsoft pide como requisito imprescindible que disponga de TPM 2.0. Este chip físico está integrado en el hardware del ordenador y está diseñado para proporcionar funciones de seguridad relacionadas con el almacenamiento y procesamiento de claves criptográficas, contraseñas y otros datos sensibles.
A pesar de que un cambio de texto en la página de soporte oficial de Microsoft parecía afirmar que Windows 11 podría usarse en equipos más antiguos, nada más lejos de la realidad: la compañía se mantiene en sus trece y el TPM 2.0 es un requisito imprescindible para usar su último sistema operativo.
Hasta el momento, era posible instalar Windows 11 saltándose la restricción del TPM 2.0 usando métodos no oficiales. Sin embargo, esto es cada vez más complicado. Para los usuarios que no quieran o puedan dar el salto, ya que en muchos casos significaría comprar un ordenador nuevo, es posible obtener 12 meses de soporte adicional tras pagar 30 dólares, o usar soluciones de terceros que tampoco son gratuitas.
Se estima que en el mundo hay alrededor de 900 millones de personas que utilizan ordenadores con Windows 10 o versiones anteriores. Mientras que Windows 10 sigue teniendo un pase, pues continúa estando soportado oficialmente hasta final de año, usar Windows 8, Windows 7 o, incluso, Windows XP es muy peligroso por llevar muchos años sin recibir actualizaciones de seguridad.
El artículo Windows 11 no termina de gustar y pierde más usuarios, mientras que Windows 10 gana nuevos adeptos fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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