Steve Young es un entusiasta de las máquinas de pinball. Sí, efectivamente. Estamos hablando de estos juegos enormes que decoraban bares y salones recreativos a finales del siglo XX y que todos los que peinamos canas disfrutábamos mientras nuestros padres descansaban de nuestra compañía. Ahora, estos artilugios han evolucionado a pantallas y sonidos en alta definición, pero aún quedan enamorados de la vieja tecnología, como es el caso del propio Steve. Esta es su historia.
La tecnología del siglo pasado que continúa en pleno auge digital
The Pinball Resource es un negocio, tanto online como físico, en el que Steve Young ha puesto todo su tiempo en favor de quienes aún buscan cómo mantener sus viejas máquinas de pinball funcionando. Ubicado en la ciudad de Poughkeepsie, en el estado de Nueva York, el negocio no se publicita a los cuatro vientos, sino que hay que buscar y buscar para toparse con sus instalaciones.
Esto es lo que hizo el reportero del medio Ars Technica, que decidió visitar el templo del pinball de Steve y descubrir su historia. El amor de este hombre estadounidense por las máquinas de pinball data de la década de 1970, cuando estudiaba ingeniería metalúrgica en la Universidad de Lehigh.
En aquella época, junto con un amigo, Steve consiguió recopilar hasta 26 máquinas en el campus de la universidad, las cuales tuvo que empezar a mantener. A medida que su colección crecía, también lo hacían sus necesidades de piezas de recambio. Fue entonces, casi de manera orgánica, cuando su negocio de reparación de máquinas de pinball y de venta de repuestos comenzó a florecer. Steve Young asegura:
Para cuando me gradué de la universidad, tenía, probablemente, 30 o 40 máquinas de mi propiedad, aparte de aquellas que operábamos, y entonces necesitaba mantenerlas y repararlas. Y casi que me topé haciéndolo y comencé a publicitarme en algunas de las primeras revistas.
Y el negocio se desarrolló, en gran parte por la gran necesidad de cuidados que requieren estas máquinas. Estamos hablando de componentes que están expuestos a los golpes de una bola de plata de 80 gramos, de pequeñas bombillas que dejan de funcionar o de restos que se acumulan en los mecanismos. Steve habla acerca de la vida de estas máquinas en sus inicios:
Si vuelves a los años 50, creo que esas máquinas fueron diseñadas para, quizás, 18 meses, luego se cambiaban. La mayoría de grandes operadores experan dos o tres años de cada máquina. Las fábricas únicamente ofrecían garantía de 5 años.
Avanzamos en el tiempo y vamos al año 1995, cuando una de las empresas más importantes en la fabricación de máquinas de pinball, Gottlieb, cerró definitivamente sus puertas. Steve aprovechó la ocasión para comprar su stock de piezas, convirtiéndose en el proveedor oficial de aquellas personas que buscan recambios para las máquinas de la antigua empresa. Pero no solo eso, también su colección de esquemas y manuales de las máquinas de Gottlieb.
En estos momentos, The Pinball Resource es visita obligada para los entusiastas del pinball del siglo XX, no solo por la mencionada colección, sino por ser el distribuidor de piezas que son prácticamente imposibles de encontrar en otro lugar. La página web de The Pinball Resource es tan retro como estas máquinas y, según afirma Levi Nayman, vendedor de estas máquinas en Crazy Levi’s Pinball, la única manera de comprar en ella es llamando por teléfono o a través de email.
Eso sí, las tarjetas de crédito, PayPal y demás formas de pago digitales están fuera de la discusión a la hora de hablar de los métodos de pago. Steve Young acepta cheques, dinero en efectivo, transferencias bancarias y poco más. Y es que un hobby de otro siglo, no podía tener un negocio detrás adaptado a los nuevos tiempos, ¿verdad?
El artículo Este hombre tiene un negocio tecnológico muy especial: se encarga de mantener «vivas» las viejas máquinas de pinball de hace 70 años fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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