Jensen Huang pone la computación cuántica en su sitio

Los pocos ordenadores cuánticos que existen están llorando amargamente, y lloran mucho más aún las compañías dedicadas a su desarrollo tras ver la dura caída de sus acciones originada por unas declaraciones de Jensen Huang, fundador y CEO de Nvidia, que ha lanzado predicciones en el CES que ubican el desarrollo de ordenadores cuánticos útiles en un plazo de entre aproximadamente quince y treinta años.

El estatus actual de gurú tecnológico de Jensen Huang es indudable: es considerado un visionario que se mantiene al frente de la compañía que fundó, y cuya dirección marcó de manera decidida a pesar de que pocos apostaban en ese sentido, para convertirla en la primera o segunda compañía más valiosa del mundo. Es, sin duda, una de las figuras más brillantes del momento en el panorama de la computación, y de repente, se ha descolgado con estas declaraciones:

“If you said fifteen years for very useful quantum computers, that would probably be on the early side. If you said thirty, it’s probably on the late side. But if you picked twenty, I think a whole bunch of us would believe it.”

(“Si dices que se necesitan quince años para que se desarrollen ordenadores cuánticos útiles, probablemente será demasiado pronto. Si dices treinta, probablemente será demasiado tarde. Pero si dices veinte, creo que muchos de nosotros lo creeríamos».)

Como predicción, no es de las mejores, o al menos, no de las más precisas ni documentadas. Pero sin duda, que una figura como Huang no espere nada útil de la tecnología cuántica antes de un mínimo de quince años y con más tendencia a los veinte o treinta, deja claras cuáles son las expectativas reales de la mayoría de la industria con respecto a una tecnología que, a pesar de las enormes dosis de hype que algunos intentan generar periódicamente, no ha logrado aún prácticamente nada. La mayoría de las noticias que se pueden leer sobre ordenadores cuánticos suelen provenir de notas de prensa de quienes los desarrollan no soportan un mínimo análisis sobre su seriedad, y simplemente se aprovechan de las enormes dificultades de la inmensa mayoría de los analistas para entender de qué diablos estamos hablando.

Lo dijo nada menos que Richard Feynman, padre de la mecánica cuántica: «creo que puedo decir con seguridad que nadie entiende la mecánica cuántica», implicando que cualquiera que diga entender la mecánica cuántica, en realidad no la entiende. De todo lo que se ha dicho que la computación cuántica es capaz de hacer, no hay nada realmente cierto, únicamente futuribles basados en infinitas supuestas hipótesis que, por lo general, nunca se cumplen como para plantear ningún uso práctico.

La computación cuántica posiblemente tenga potencial a largo plazo, pero está muy lejos de ser relevante en el día a día o de cumplir las expectativas que se han pretendido generar. Por ahora, la mayoría de los avances son más científicos que prácticos y promesas exageradas. Muchas compañías y expertos han pretendido generar expectativas irreales sobre el impacto de la computación cuántica en el corto plazo sugiriendo que resolverá problemas complejos – criptografía, optimización o simulación química – mucho antes de lo que es factible, dando lugar a un clima absurdo en el que todos hablan de cosas que realmente no entienden.

Los sistemas cuánticos existentes actualmente, como los de IBM o Google, tienen muy pocos qubits funcionales y enfrentan problemas graves de ruido e incoherencia, lo que limita su capacidad para ejecutar cálculos útiles. Construir una computadora cuántica con suficientes qubits estables para superar a las clásicas en tareas prácticas es un desafío monumental y muy lejano, que precisa de avances significativos en hardware, corrección de errores y algoritmia. Aunque pueden existir casos específicos donde la computación cuántica podría ser útil, la mayoría de las aplicaciones actuales siguen siendo teóricas, y no justifican en modo alguno inversiones masivas. En la práctica, muchas empresas están impulsando la narrativa cuántica para tratar de atraer financiación, crear valor de marca o inflar su cotización en bolsa, sin resultados concretos que respalden de ninguna manera el entusiasmo generado.

El panorama de la computación cuántica a día de hoy es una enorme burbuja, algo que llevo muchos años negándome a introducir en mis cursos de innovación, y lo único que ha hecho Jensen Huang con sus declaraciones ha sido poner las cosas en su sitio. Dentro de veinte años, si eso, ya hablamos…

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