Desde hace miles de años, quizás desde nuestra evolución en Homo Sapiens, el ser humano ha elegido ser dueño de terrenos, de la naturaleza y de creaciones que aún perduran en el tiempo. La presencia de fortificaciones y murallas en todo el mundo es una de las pruebas indiscutibles de este punto, aunque no siempre buscaban constituir una defensa frente a posibles ataques, sino que también servían como límite para el tránsito de personas y animales.
El valor real de la Muralla de Gengis Kan
Allá por el año 2020, un artículo publicado en la revista científica Antiquity nos puso sobre la pista del verdadero propósito de un tramo de cientos de kilómetros de extensión de la conocida Muralla China. ¿Por qué fue construido y cómo se ha llegado a esta interesante conclusión?
La parte norte de la Muralla China, que está integrada de lleno en Mongolia, es conocida, de manera popular, como la Muralla de Gengis Kan. Sin embargo, aunque su denominación y su ubicación puedan llevarte a engaño y hacerte pensar que esta fortificación fue levantada para mantener a China libre de las atrocidades cometidas por el conquistador mongol, parece que este no fue su propósito.
El profesor Gideon Shelach-Lavi, perteneciente a la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor principal de la investigación, aclara este punto y, además, asegura que, de hecho, la mayoría de murallas construidas en el mundo no pretenden mantener alejados a los enemigos de las antiguas poblaciones.
El propio erudito afirma que los estudios que se realizan sobre murallas en China tienen como claro objetivo entender el motivo por el que se gastaba energía y recursos para su construcción. De hecho, en declaraciones recogidas en el medio The Times of Israel, Gideon Shelach-Lavi afirma:
Tendemos a pensar que las murallas son construidas contra ejércitos, pero, probablemente, muchas están relacionadas con el movimiento de refugiados o con la presión amenazante de refugiados y la percepción, que no es necesariamente cierta, de que ellos (los gobernantes) necesitaban detenerlos.
Un equipo internacional de arqueólogos, pertenecientes a la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Universidad de Yale y la Academia Mongol de Ciencias, utilizó diversos instrumentos para poder estudiar este tramo norte de la Muralla China, entre los que destacan el análisis GIS, Sistema de Información Geográfico, la fotografía con drones y las imágenes de satélite.
Gracias a su extraordinaria labor, los arqueólogos pudieron datar la construccion de la muralla a finales del siglo XI o principios del siglo XII, época en la que la dinastía Liao dominaba aquella zona. Estamos hablando de un imperio que era nómada, pero que consiguió aclimatarse a la «burocracia china».
Además, se descubrió que esa parte de la muralla no se construyó como símbolo de la conquista de Mongolia por parte de China. El profesor Gideon Shelach-Lavi afirma que «tiene más que ver con la interacción entre las gentes nómadas«. Nada tiene que ver, por tanto, con evitar el paso de ejércitos enemigos, sobre todo porque hablamos de una muralla con 2 metros de altura, que no habría sido obstáculo para ningún ejército.
Es por ello que se cree que esta parte de la muralla tenía mucho más que ver con el control de las poblaciones nómadas, que con una fortificación militar como podríamos haber imaginado en algún momento. Además, también se descubrieron hasta 72 estructuras alrededor de la muralla, que podrían haber servido tanto como centro de actividad humana, como para el control del ganado, en aquellas de forma circular.
El artículo La Gran Muralla China también servía para controlar la inmigración. Lo han descubierto unos arqueólogos en Mongolia fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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