Falta una semana para que Donald Trump sea investido como el 47º presidente de EE UU y ya se da por descontado que habrá buena sintonía entre las big tech y la Casa Blanca. Elon Musk, dueño de Tesla, SpaceX, Starlink o X, entre otras, ha sido quien más fuerte ha apostado por el regreso del republicano, de quien ha conseguido convertirse en una especie de consigliere. Pero no ha sido el único magnate tecnológico en mover ficha: el director general de Apple, Tim Cook, ha donado a título personal un millón de dólares para la ceremonia de inauguración del nuevo mandato, la misma cantidad que han aportado Sam Altman (OpenAI) o Dara Khosrowshahi (Uber) y empresas como Meta, Amazon o Perplexity.
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