Jugamos a ‘Dynasty Warriors: Origins’: acción desenfrenada en un videojuego con ambición sin límites

El padre de los ‘musou’ vuelve por la puerta grande. Tras siete años de sequía desde el lanzamiento de ‘Dynasty Warriors 9’, Omega Force retoma la saga que asentó las bases de un género , caracterizado por combates multitudinarios en los que el jugador enfrenta a cientos de enemigos en grandes campos de batalla. Tu solo contra miles, con acción desmedida y con una sensación de poder absoluto sin igual. Una combinación más adictiva que la heroína y que parecía que ya estaba definida por completo.Sin embargo, ahora llega la décima entrega -pese a que realmente es una vuelta a los orígenes, de ahí el nombre del videojuego- y nos muestra que aún hay mucho camino de mejora en el género. A diferencia de sus predecesores, ‘Dynasty Warriors: Origins’ introduce un enfoque más narrativo , centrándose en un solo protagonista, un héroe sin nombre, que se verá salpicado por los turbulentos últimos años de la dinastía Han. Noticias relacionadas estandar No Jugamos a ‘Neon Blood’: una aventura cyberpunk a la española entre lluvia y luces de neón Javier Palomo estandar No Jugamos a ‘Dragon Age: The Veilguard’: La saga vuelve llena de acción, pero escasa de rol Javier Palomo’Dynasty Warriors: Origins’ supone un reinicio para la saga que vuelve a narrar la historia de los Tres Reinos, basándose en la popular novela histórica del siglo XIV conocida como el ‘Romance de los Tres Reinos’. En concreto, el juego nos sitúa desde la Rebelión de los Turbantes Amarillos hasta la emblemática batalla de los Acantilados Rojos. Pese a que parezca lo mismo de siempre, aquí no tomaremos la perspectiva de distintos oficiales, sino que, desde los propios ojos de nuestro protagonista amnésico, tomaremos parte de las batallas y haremos elecciones que tendrán su peso en el desenlace de la historia. Como decimos un enfoque mucho más narrativo, apegado a los RPG y un pelín alejado de los hack and slash. Pero no os preocupéis, que combates hay, y muchos.Un combate más desafianteEl combate siempre ha sido el núcleo de la saga, y aquí no iba a ser menos. Pese a que siempre ha sido una fiesta de machacar botones, la realidad es que Omega Force lleva tiempo puliendo la saga, y en esta entrega sus enfrentamientos contra jefes precisarán de que utilicemos con inteligencia las distintas habilidades de las que dispongamos, así como esquivar y el parry, enormemente necesarios para terminar de la mejor forma con ellos. Y esta es la mejor parte del título. Es frenético, hay miles de combos, pero también tienes que estar atento a bloquear ciertos ataques o a esquivar aquellos que no tienen una contra. No puedes bajar la guardia, menos aún cuando disputas un duelo y tanto el ejército enemigo como el tuyo forma un círculo a tu alrededor y todos están atentos de tus movimientos. Pero no se queda ahí, también tendremos que estar atento a la moral de nuestro ejército, hacer uso de una visión especial para destrozar ciertos objetivos o gestionar un pelotón de cincuenta soldados al que podremos dar distintas órdenes. Y si te aburres de utilizar la espada, no te preocupes, porque hay una gran cantidad de armas en el arsenal, cada una con su jugabilidad y habilidades, para que nunca se vuelva monótono. ‘Dynasty Warriors: Origins’ pone muchos recursos a nuestra disposición, y utilizarlos todos de la mejor forma posible es la mejor forma de disfrutar al máximo de lo que el título de Omega Force nos ofrece.Es evidente que desde ABC el título nos ha encantado y no podemos más que recomendarlo para todos aquellos que quieran un juego que no te haga pensar en exceso, pero que te va a regalar dopamina por un tubo. Hay aristas, sin embargo. No poder escoger más personajes – algo que nos tenía acostumbrado la saga- y la ausencia de un modo cooperativo son puntos que muchos jugadores pueden echar de menos, y la cámara por momentos puede resultar confusa. Gráficamente luce bien, pero es cierto que a estas alturas de la generación se queda corto para lo que ofrecen otros títulos en PS5, Xbox o en PC. Lo bueno es que el juego aprovecha la potencia de la generación para ofrecer 60 o 120 fps en modo rendimiento con los que hacer que la jugabilidad sea muy fluida. Eso, unido a una paleta de colores más oscura y a la habitual banda sonora «cañera» hacen que lo novedoso y lo tradicional se junten en el campo audiovisual.En línea de lo ambicioso que es el título, ofrece una duración variable dependiendo de lo que te entretengas completando misiones secundarias, repitas batallas, te relaciones con los oficiales o la dificultad que escojas, pero completar sus cinco capítulos te puede llevar unas 25-30 horas. Sin embargo, si deseas conocer los tres finales del juego y acceder a la conclusión verdadera de la historia, esta duración crece muchísimo. Aunque si decides cambiar de bando, podrás empezar desde el capítulo tres para no repetir todo. En total el juego ofrece cerca de las 100 horas de contenido.

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