El telescopio espacial James Webb fue lanzado al espacio exterior el día 25 de diciembre de 2021. Desde entonces, tanto en misiones de la NASA como ayudando a otras muchas instituciones, el telescopio está siendo una de las herramientas más importantes para comprender el universo que nos rodea. Sin embargo, muchos de sus hallazgos aún demuestran que nos falta extensos conocimientos del cosmos y de sus intrincadas dinámicas.
Pequeños puntos rojos y su conexión con los inicios del universo
A finales del año 2022, el telescopio James Webb ya empezaba a dar muestras de todo su potencial. Fue en aquella época donde mostró al mundo un fenómeno desconocido hasta entonces y que fue bautizado inmediatamente como LRD, acrónimo de Pequeños Puntos Rojos. Parece que en el campo de visión del telescopio aparecían objetos de este color, pero que nada tenían que ver con estrellas o con cuerpos conocidos hasta la fecha.
Ahora, un grupo de astrónomos han presentado su investigación en una rueda de prensa celebrada en el marco de la edición 245 de la Sociedad Astronómica Estadounidense, celebrada en el complejo de National Harbour, aunque será presentada próximamente en la revista científica Astrophysical Journal.
Los investigadores han conseguido recopilar la mayor colección de LRD del mundo, aunque se han centrado en estudiar aquellos que están más cerca del Big Bang, dentro de los primeros 1.500 años de vida del universo. Hasta ahora, se cree que los pequeños puntos rojos podrían contener, en realidad, agujeros negros supermasivos. Dale Kocevski, coautor del estudio y en declaraciones recogidas en el medio SciTechDaily, asegura:
Estamos aturdidos por esta nueva población de objetos que Webb ha encontrado. No vemos análogos de ellos en los acercamientos al rojo más bajos, que es por lo que no los habíamos visto antes de Webb. Hay una importante cantidad de trabajo por hacer para intentar determinar la naturaleza de estos pequeños puntos rojos y si su luz está dominada por agujeros negros con discos de acreción.
Los científicos buscaron estos objetos en estudios con bases de datos gigantescas, como puede ser el caso del CEERS, la Encuesta Intergaláctica Profunda Avanzada del JWST o la NGDEEP. En un primer momento, descubrieron que la distribución de los LRD era extraña, dado que parecían haber surgido en grandes números 600 millones de años después del Big Bang, pero su población fue mermando rápidamente alrededor de 1.500 millones de años después del inicio de nuestro universo.
Al buscar en la encuesta RUBIES, se dieron cuenta de que el 70% de estos fenómenos mostraban evidencias de gas orbitando a increíbles velocidades de unos 1.000 kilómetros por segundo, lo que podría ser un signo evidente de la presencia de un disco de acreción alrededor de un agujero negro supermasivo.
En un principio, los astrofísicos temblaron con la posibilidad de que estos LRD hubiesen roto la teoría cosmológica tal y como la conocíamos, dado que si hablábamos de estrellas, esto implicaba que algunas galaxias habían crecido tanto y tan rápido, que la teoría no era válida. Sin embargo, si hablamos de agujeros negros, las teorías que conciernen a las galaxias continuarían vigentes. Aún quedan misterios por resolver en cuanto a los LRD y los próximos años, seguramente, vayamos consiguiendo respuestas.
El artículo El telescopio James Webb descubrió una serie de puntos rojos en el espacio. Podrían ser las primeras manifestaciones de los objetos celestes más misteriosos del universo fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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