Lo primero que debería preguntarse alguien cuando vea este artículo es por qué dinosaurio está entre comillas. La razón es paleontológica: los dinosaurios jamás volaron. Estos animales tan conocidos por el cine eran reptiles, parecidos y parientes, pero especies distintas, al fin y al cabo. Y teniendo que ver con esto, los expertos en la materia han desentrañado un secreto que llevaba siendo estudiado desde hace años. Una clase de pterosaurio ha sido finalmente analizado de forma correcta, ya que se creía que sus esqueletos pertenecían a géneros distintos.
Hace 150 millones de años el planeta Tierra se hallaba en el Jurásico. Este periodo geológico fue la época intermedia del Mesozoico y estuvo marcado por la expansión sin límite de los dinosaurios, los cuales conquistaron todos los lugares donde hubiera tierra. No obstante, en el mar y los cielos los reptiles seguían siendo los reyes, entre ellos los pterosaurios voladores de grandes alas. Estos animales tenían todo tipo de formas y aspectos y uno de los más curiosos fue el Rhamphorhynchus.
Lo que parecía una especie nueva resultó ser una conocida, pero mucho más grande
Estos animales tenían un aspecto bastante similar al que nos ha enseñado el cine, incluso el más antiguo. Disponían de una envergadura máxima de 1,8 metros, por lo que eran bastante grandes. Además, contaban con largas colas, a diferencia de otras especies que no tenían, acabadas en una aleta en forma de diamante que se supone que les servía de timón para moverse en la dirección deseada. Así mismo estas colas eran estabilizadoras para cuando estaban buscando comida en los mares jurásicos.
En un artículo publicado el pasado 2 de enero en la revista académica sobre paleontología PeerJ, varios investigadores han demostrado como un extraño fósil descubierto en realidad pertenece a una especie conocida de reptil volador y no a una especie desconocida, como se pensaba al principio. Para ello los paleontólogos han tenido que hacer un esfuerzo al datar los restos y sobre todo analizarlos al detalle para que nada escapara.
Jurassic pirates. A pair of Rhamphorhynchus harassing a Pterodactylus so it releases a fish it just caught
A scene from the Late Jurassic of what would become Europe pic.twitter.com/o7rMZqomT9
— Gabriel N. U. (@SerpenIllus) January 6, 2025
A finales del periodo Jurásico, los Rhamphorhynchus eran una de las especies voladoras más extendidas contando con dos docenas de especies o subespecies. Entre ellas se encuentra Rhamphorhynchus muensteri, que contenía alguno de los especímenes más grandes. No obstante, en 1995 un grupo de paleontólogos halló unos fósiles que estudiaron como si fueran de Rhamphorhynchus, pero no estaban seguros del todo. Las investigaciones posteriores sugirieron que se trataba de una especie distinta, cosa que ahora acaba de cambiar.
Tras un análisis más pormenorizado de aquellos fósiles encontrados hace 30 años, los paleontólogos han demostrado que la “especie desconocida” en realidad pertenece a R. muensteri. El gran tamaño del fósil no quiere decir que fuera un animal distinto, sino que su ciclo vital era más amplio de lo que se pensaba en un primer momento. Siendo así, esta especie de Rhamphorhynchus nacía con crías diminutas que iban transformándose a lo largo de los años hasta convertirse en gigantes de 1,8 metros de envergadura.
Este caso es un paradigma moderno que se está volviendo común. Especies que se creían ya datadas y catalogadas no pasan el filtro de la tecnología moderna. En los almacenes y laboratorios, fósiles antiguos han vuelto a ser analizados y han revelado que son especies diferentes o ejemplares de otras ya conocidas. Hay de todo. Con los ha parecido algo similar. Ahora los paleontólogos saben que aquellos restos de 1995 pertenecen a una especie conocida desde 1831 era más grande lo que se pensaba.
Como con los dinosaurios, este tipo de animales desapareció hace 65 millones de años tras el impacto de un meteorito en la península de Yucatán. Los Rhamphorhynchus ya habían desaparecido para entonces, y aunque no fueron de los reptiles voladores más grandes, si han causado siempre una impresión entre los expertos por sus mandíbulas llenas de dientes como alfileres y sus elegantes colas.
El artículo Este pequeño «dinosaurio» volador desconcierta a los paleontólogos. Su apariencia cambiaba a medida que se hacía más grande fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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