Qué mantenimiento anual necesita un coche eléctrico: todo lo que deberías revisar

Que el coche eléctrico tiene menos mantenimiento que uno de combustión, es un secreto a voces. De entrada, los vehículos que funcionan exclusivamente con baterías, tienen un 60% menos de componentes mecánicos que los de toda la vida. No es de extrañar que, a la hora de hacer las revisiones, la lista de elementos a comprobar sea sustancialmente más corta.

Pero ojo, menos mantenimiento no significa que tu Tesla o tu Polestar estén exentos de mantenimiento. Siguen siendo automóviles. Y, por tanto, tienen sistemas que hay que revisar periódicamente e incluso sustituir cada cierto tiempo. De hecho, uno de los mayores errores que se pueden cometer con vehículos de este tipo es precisamente ese, pensar que nunca hay que pasar por el taller. De nada te sirve tener un vehículo que te va a hacer ahorrar, si le acabas provocando una avería cara en tiempo récord.

Ya hablamos anteriormente sobre cuánto cuesta el mantenimiento que tiene un coche eléctrico. En el artículo de hoy nos vamos a centrar en el corto plazo. Es decir, en el mantenimiento anual que habría que hacerle a corto plazo al automóvil.

Revisión anual de un coche eléctrico. ¿Qué hay que mirar periódicamente?

mantenimiento tesla

Los eléctricos tienen pocas cosas que mantener. Pero hay que mantenerlas bien

Por lo general, tendrías que revisar periódicamente todo elemento común entre un coche de combustión y tu coche eléctrico. Además, también debes añadir a la lista algunos sistemas que son particulares del automóvil a batería, aunque ya te adelantamos que más que un mantenimiento de ir al taller, lo que vas a tener que hacer es simplemente echar un ojo de vez en cuando. Lo puede hacer todo el mundo.

Neumáticos

Probablemente, el mantenimiento más importante de cualquier vehículo. En un coche, una moto o una bicicleta, va a ser el único elemento en contacto con el suelo. Así que no podemos escatimar en ellos.

El mantenimiento básico de un neumático es revisar las presiones. Y no se hace una vez al año. Se debe hacer una vez al mes. La gran mayoría de las veces no vas a tener que inflar nada. Pero debes asegurarte de que llevas las gomas con un inflado correcto. Si no te quieres complicar la vida, mírate este artículo con nuestro listado de los mejores medidores de presión para los neumáticos. Así, podrás hacer una lectura en tiempo récord.

La revisión incluye también ojear que no hayamos hecho un corte o hayamos arrancado algún pedazo de goma con un bordillo al aparcar. Las grietas y los arañazos en los flancos pueden terminar en un reventón cuando circulamos en carretera, lo que puede generar situaciones no peligrosas, sino extremadamente peligrosas.

¿Cuándo los cambiamos? Por norma general, cuando el desgaste lo diga. Aquí, los eléctricos no tienen una cifra especial. Se suelen cambiar a los 30.000 o 40.000 kilómetros. Eso sí, si tu coche eléctrico tiene mucha potencia y te encanta hacer arrancones acelerando al máximo y luego frenando, ya te anticipamos que te van a durar menos de la mitad de esa vida útil. Si quieres disfrutar de esas sensaciones, no somos nadie para juzgarte. Pero ve a cambiar las ruedas si ves que el dibujo ya está por debajo del límite que marca el fabricante. Por tu propia seguridad.

Frenos

mantenimiento frenos

No te confíes nunca con los frenos. Sea el coche eléctrico o de combustión, revísalos de vez en cuando

El freno regenerativo de un coche eléctrico nos permite gastar mucha menos pastilla y disco. Tan pronto como levantamos el pie del acelerador, el coche comienza a retener la energía, convirtiéndola de nuevo en electricidad para reutilizarla más adelante. Las pinzas solo van a actuar para terminar de frenar la máquina o, en caso de que tengamos que efectuar una parada más brusca, como una de emergencia.

Esto hace que muchos iluminados de los coches eléctricos vayan por ahí diciendo que en los coches eléctricos, no hay que mantener los frenos. ¡Error! Claro que tienen mantenimiento. Obvio que hay que revisarlos. La única diferencia es que puede que te duren el triple de tiempo que los de un vehículo de gasolina.

¿Qué comprobamos? Principalmente, el líquido. Debe tener el nivel correcto, para empezar. Y luego, no debe estar lleno de humedad. Si esto ocurriera, lo que pasa es que baja el punto de ebullición del fluido y perderemos eficacia en la frenada. Va a ocurrir en un eléctrico, en un gasolina y cualquier máquina que use freno hidráulico.

  • Comprobar el nivel es fácil. Hay una línea que marca el máximo y otra que marca el mínimo. Si el líquido está por debajo, rellenamos con un producto que sea de la especificación que marque nuestro fabricante. Puedes llevarlo al taller si no quieres complicarte.
  • Para comprobar la humedad presente en el fluido, hay varias formas. La pérdida del color original ya puede dar pistas. Sin embargo, se puede medir con aparatos que venden en línea y que valen menos de 10 euros, o incluso con un multímetro para medir la conductividad por resistencia del fluido.

Por último, tenemos los discos y las pinzas. Como decíamos antes, a menos que hagamos frenadas muy bruscas, estos dos elementos van a durar más que en un automóvil tradicional. Si, a través de la llanta, ves que la pastilla tiene ya apenas unos milímetros de grosor, es hora de cambiar. Medir la vida que le queda al disco a ojo es un poco más complicado. Debes meter el dedo y tocar la rebaba del borde. Si es muy exagerada, tendrás que empezar a pensar que hay que sustituir también ese elemento dentro de poco.

Filtro del habitáculo

filtro cabina sucio

El aire que respiras en tu coche pasa por el filtro de cabina

Es un gran olvidado, tanto en coches de combustión, como en los eléctricos. Pero es el ángel de la guarda que te libra de respirar polvo, polen, microbios e incluso la contaminación de los coches que circulan a tu alrededor.

De toda la vida, se ha recomendado cambiarlo una vez al año. Sin embargo, si usas poco el coche, puedes extender su vida una primavera más. Los filtros en sí suelen costar poco más de 10 euros. Y eso, si es que compras los mejores, que son los que llevan carbón activo. Si tienes problemas respiratorios o alguien de tu familia padece alguna enfermedad pulmonar, compra siempre el repuesto de esa categoría. Son los mejores con diferencia.

Batería de servicio

La batería de 12 voltios. No se nos ha ido la pinza. Los eléctricos también tienen una batería de estas, por razones que no nos vamos a poner a explicar aquí para no alargar el artículo más de la cuenta.

Si se te muere la batería de 12 voltios, no vas a tener tantos problemas como en un coche de combustión, pues podrás arrancar el vehículo. Sin embargo, también hay que comprobarla una vez al año para asegurarse de que todo va bien.

Líquidos

Poco que mirar, pero no por ello menos importante. Los coches eléctricos también llevan su propio refrigerante, por lo que habrá que comprobar el nivel y sustituir el producto si se pone de un color feo o si el sistema del coche nos avisa de que hay recalentamiento.

Por otro lado, tenemos el líquido del parabrisas. Puedes rellenarlo con agua de toda la vida, pero lo ideal es usar productos con alcohol y soluciones químicas para poder desengrasar el cristal y retirar los mosquitos que se suelen quedar incrustados cuando viajamos por carretera. Además, si usas agua del grifo y te mueves en invierno por una zona donde bajan las temperaturas por debajo de cero grados, puedes tener un problema.

Suspensión

suspension audi

Los problemas con la suspensión suelen detectarlos fácilmente en las ITV

Aquí no nos vamos a detener demasiado, pues todo depende del tipo de suspensión que tenga tu vehículo. El mantenimiento que tenga tu sistema va a ser exactamente igual que el que tendría un coche de combustión equivalente. No obstante, si escuchas sonidos raros, si ves que el coche está más bajo de la cuenta, o si notas que tiene un comportamiento extraño al volante, mejor prevenir que curar. Ve a un taller para salir de dudas.

Mantenimiento especial a la batería

carga rapida tesla

Usar en exceso cargadores rápidos acabará reduciendo la vida de la batería

El mantenimiento de un vehículo, tenga el tipo de propulsión que tenga, debería verse a largo plazo. No es un sprint, sino una maratón. Hay que cuidar del vehículo día a día. De nada sirve tratar la máquina con descuido y luego querer solucionar las averías que surjan poniendo un dineral en el taller.

Con la batería de un eléctrico, pasa un tanto de lo mismo. No es que tenga un mantenimiento como tal, sino que hay que mimarla en el uso diario. Algunos de los problemas que surgen de forzarla son directamente irreversibles. Y ya hemos contado en anteriores artículos cuánto cuesta cambiarle la batería a un coche eléctrico.

No fuerces la carga batería

En el uso diario, no recargues la batería en tu plaza de aparcamiento por encima del 80%. No hay necesidad de exceder esa cifra si no necesitas esa autonomía de forma inminente.

Del mismo modo, planifica el uso del vehículo para que, al finalizar la jornada, la autonomía no esté por debajo del 20%. Moverse entre esos dos rangos te va a garantizar que el electrolito va a durar mucho más tiempo sin deteriorarse, lo que se traduce en una mayor vida útil en términos teóricos.

No abuses de la carga rápida

A los fabricantes les encanta sacar pecho con la hoja de especificaciones de sus eléctricos. Y, en especial, con la cantidad de electrones que se pueden introducir en el vehículo en las estaciones de carga superrápida. Hay un buen catálogo de vehículos premium que se pueden recargar al 80% en cuestión de media hora en una de estas estaciones. Pero también hay que ver el otro lado del asunto.

La carga rápida es como hacer un trato con el diablo. Autonomía rápida, sí. Pero a costa de mermar la vida útil de tu batería. Hacer uso de estas estaciones de vez en cuando no es un problema. Lo que sí va a reducir considerablemente su vida útil es usar por sistema este tipo de estaciones. De hecho, las propias marcas lo desaconsejan.

Evita frío y calor

Una pequeña asignatura pendiente que todavía tienen los eléctricos tiene que ver con las temperaturas extremas. El frío afecta directamente a la capacidad de entregar —y retener— la carga. La eficiencia disminuye y, al mismo tiempo, la autonomía también. De ahí que, si podemos evitar dejar el coche fuera cuando el termómetro esté bajo cero, pues mejor que mejor.

Por otro lado, el calor extremo tampoco va a ser nuestro aliado. Hablamos de las típicas olas de calor que tenemos en verano. Las altas temperaturas pueden provocar que las baterías se sobrecalienten. Esto afecta también a la eficiencia y, en algunos casos, también puede acelerar el desgaste.

Revisa errores y no te saltes las revisiones oficiales

En el día a día, si cuidas tu batería en unos términos normales, no te vas a tener que preocupar demasiado. Sin embargo, nunca deberías ignorar cualquier tipo de error que te muestre el vehículo cuando tenga que ver con el estado de la batería.

Del mismo modo, no te saltes las inspecciones periódicas del fabricante. En ellas podrán revisar el vehículo de forma detenida, comprobando conexiones e introduciendo máquinas de diagnóstico que nosotros no podemos utilizar. Es en este tipo de revisiones en las que se van a encontrar posibles averías que se podrán prevenir de forma prematura y que, en la mayoría de los casos, estarán cubiertas por la garantía.

Echando un vistazo global, la conclusión a la que llegamos es clara. El automóvil eléctrico tiene un mantenimiento bastante escaso. Si eres una persona a la que le da especial pereza tener que estar pendiente del coche, desde luego, puede compensarte dar el salto si tu economía lo permite.

Eso sí, volvemos a hacer hincapié en que eso de que los eléctricos no tienen mantenimiento es un pequeño sofisma introducido por los que defienden a capa y espada este tipo de vehículos. Hasta bajar al parking y echarle un ojo al coche de vez en cuando, es parte del mantenimiento de un vehículo.

El artículo Qué mantenimiento anual necesita un coche eléctrico: todo lo que deberías revisar fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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