“Son un arma de doble filo”: los jóvenes LGTBIQ encuentran odio y refugio en las redes sociales

Todo lo que Marta Alonso necesitaba era tiempo y la pandemia de coronavirus se lo dio. Poco antes del confinamiento, la joven —24 años, nacida y criada en Vigo— había empezado a estudiar filología en la universidad, matriculada como un chico. Así había vivido siempre. Pero la onda expansiva del mundo universitario agrietó la fachada que la joven tenía cuidadosamente construida y las preguntas empezaron a colarse. Marta reconoce que en ese momento no estaba lista para ser honesta con las respuestas. Hasta que el aislamiento la arrinconó y ya no pudo seguir escapando. Ahora sí quería intentar resolver las dudas sobre quién era.

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Ana Valeria Pérez, joven madrileña de la comunidad LGTBIQ, en Carabanchel. Una mujer ondea una bandera LGTBIQ durante una manifestación del Orgullo en Madrid.

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