Ni Ferrari, ni Lamborghini. Esta empresa estadounidense tuvo el superdeportivo más rápido del mundo. No duró mucho, pero lo fue

El término supercoche se refiere a los automóviles deportivos de alto rendimiento que han sido diseñados para ofrecer velocidades extremas, aceleraciones ultrarrápidas y manejo extremadamente preciso. Por tanto, cuentan con la última tecnología del mercado y diseño aerodinámico, además de ser muy exclusivos, ya que no cualquiera tiene el dinero para hacerse con uno de estos vehículos.

Con motores potentes, suelen superar los 300 kilómetros por hora y acelerar de 0 a 100 en menos de cuatro segundos. Además de ser de producción muy limitada, la fibra de carbono suele ser uno de los materiales de construcción por su ligereza. Algunos ejemplos de supercoches son el Ferrari 488 Pista, el Lamborghini Huracán Performante, el McLaren 720S, o el Porsche 911 Turbo S.

Aunque los supercoches más conocidos suelen pertenecer a alguna de las marcas anteriormente mencionadas, durante un período de tiempo relativamente breve, el superdeportivo más rápido no lo tuvo ninguna de ellas, sino SSC North America, que fue el fabricante tras el SSC Ultimate Aero.

412 kilómetros por hora en 2007, toda una locura

SSC North America, antes conocido como Shelby SuperCars Inc., es un fabricante estadounidense de automóviles. Fundado en 1999 por Jerod Shelby (que no tiene relación con Carroll Shelby, creador del Shelby Mustang), está especializado en la producción de superdeportivos y busca rivalizar con marcas como Bugatti, Ferrari y Koenigsegg.

Uno de los coches más destacados de SSC North America es el SSC Ultimate Aero. Fabricado entre 2006-2007 a 2013, contaba con un potente motor V-8 de alta potencia, ya que tenía 1.183 caballos a 6.950 revoluciones por minuto. Su carrocería ligera de carbono y el diseño aerodinámico le permitían alcanzar velocidades de casi 450 kilómetros por hora, aunque las estimaciones de las pruebas en el túnel de viento apuntaban a más.

El modelo producido se convirtió en un trampolín para el SSC y el mercado de los supercoches estadounidenses en general, ya que supuso la primera respuesta real de los Estados Unidos a los supercoches extranjeros que dominaban el escalón superior del rendimiento moderno.

Si bien ya existían supercoches estadounidenses, la aparición del SSC Ultimate Aero supuso un soplo de aire fresco para el mercado, ya que parecía salido de una fábrica italiana. Tenía un morro corto e inclinado, puertas de mariposa y un diseño elegante a la par que exótico que acabaría desafiando a los más grandes del sector.

El SSC Ultimate Aero podía acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 2,8 segundos, lo que le valió para obtener el título de coche más rápido del mundo a principios en la década de los 2000. Por desgracia para la firma, una propuesta europea le arrebató el trono bastante pronto: el Bugatti Veyron, producido entre 2005 hasta 2015.

El Bugatti Veyron consiguió pasar de 0 a 100 en solo 2,5 segundos, eclipsando al SSC Ultimate Aero en menos de un año. Este supercoche incorporaba un motor W-16 de 8,0 litros y cuatro turbocompresores, y enviaba potencia a las cuatro ruedas a través de una transmisión automática de doble embrague de siete velocidades.

A pesar de su éxito fugaz, el Ultimate Aero de SSC abrió la puerta a empresas como Hennessey y Czinger, pudiendo expandir sus ideas y llevar su producto de alto rendimiento al público en general. Además, modelos como el Sallen S7, que llegó antes del Ultimate Aero, pudieron ganar algo de atención gracias al interés que empezaron a tener los superdeportivos estadounidenses.

En Urban Tecno te contamos hace un tiempo cuáles eran los 9 coches más rápidos del mundo, entre los que se incluye el SSC Tuatara, que puede alcanzar los 474 kilómetros por hora. También te trajimos los 14 motores más potentes del mundo.

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