Por qué la comida de los aviones sabe diferente

Viajar en avión es una experiencia que involucra todos los sentidos, y el gusto no es una excepción. Sin embargo, muchos pasajeros han notado que la comida servida a bordo no sabe igual que en tierra. No es una cuestión de calidad o de preparación, sino de cómo nuestro cuerpo responde a las condiciones dentro de la cabina. En este artículo exploraremos los factores científicos que afectan nuestra percepción del sabor en un avión y cómo las aerolíneas intentan mitigar estos efectos para ofrecer una mejor experiencia gastronómica a bordo.

La influencia de la altitud y la presión en el gusto

Uno de los principales factores que afectan el sabor de la comida en los aviones es la altitud. A medida que un avión asciende, la presión atmosférica disminuye. Aunque la cabina está presurizada para mantener condiciones relativamente cómodas para los pasajeros, la presión sigue siendo significativamente menor que la que experimentamos al nivel del mar.

Esta reducción de la presión afecta a nuestras papilas gustativas y a nuestro sentido del olfato, ambos esenciales para percibir los sabores. Investigaciones han demostrado que la sensibilidad a los sabores dulces y salados disminuye hasta en un 30% en un ambiente de baja presión, lo que hace que la comida parezca más insípida de lo que realmente es.

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La comida en un avión se presenta en bandejas compactas con porciones medidas, adaptadas para su fácil consumo en espacios reducidos y preparadas para ser recalentadas sin perder demasiada textura ni sabor

La humedad y su efecto en el olfato

Otro factor importante es la baja humedad dentro de la cabina. En un avión, la humedad relativa suele estar entre el 10% y el 20%, un nivel mucho más bajo que el que encontramos en la mayoría de los entornos en tierra. Esta sequedad afecta a la mucosa nasal, reduciendo nuestra capacidad para detectar olores. Dado que el sentido del olfato está intrínsecamente ligado al gusto, la disminución de la percepción olfativa impacta directamente en cómo experimentamos los sabores.

Los estudios han demostrado que la capacidad de percibir sabores umami y ácidos se mantiene relativamente estable, mientras que los sabores dulces y salados son los más afectados. Por ello, muchas aerolíneas optan por recetas con ingredientes ricos en umami, como tomates, quesos curados y setas, para compensar esta disminución en la percepción del sabor.

El ruido de fondo y la percepción del sabor

Un aspecto menos conocido pero igualmente influyente es el ruido ambiental dentro de la cabina. Durante un vuelo, el nivel de ruido de fondo oscila entre los 80 y 85 decibelios, lo que equivale al sonido de una aspiradora en funcionamiento. Investigaciones han encontrado que este nivel de ruido puede modificar la percepción del gusto.

En particular, los estudios han demostrado que el ruido de fondo reduce la percepción de los sabores dulces y realza los sabores umami. Este es otro motivo por el que algunas comidas, como el jugo de tomate, parecen saber mejor en un avión que en tierra.

Cómo las aerolíneas adaptan la comida a las condiciones de vuelo

Las aerolíneas han invertido en estudios para mejorar la experiencia gastronómica a bordo. Para compensar la reducción en la percepción del sabor, los chefs que diseñan menús para aerolíneas suelen aumentar la cantidad de sal y especias en los platos. Además, las salsas con alto contenido en umami son una opción común para mantener una experiencia gustativa más satisfactoria.

El maridaje de bebidas también se ve afectado por las condiciones del vuelo. Por ejemplo, el vino tinto puede perder algunos matices en altitud, mientras que el vino blanco suele mantener mejor su perfil aromático. Algunas aerolíneas han trabajado con sommeliers para ajustar sus selecciones de bebidas y garantizar que los pasajeros disfruten de una mejor experiencia en altura.

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Los huevos fritos y el pan en bandejas de avión suelen perder su textura original: los huevos pueden volverse gomosos por el recalentamiento y el pan, seco o demasiado blando debido a la humedad controlada de la cabina

La temperatura de la comida y su impacto en el sabor

Otro factor a considerar es la temperatura a la que se sirven los alimentos. Debido a los estrictos protocolos de seguridad y almacenamiento, la mayoría de las comidas en los aviones deben ser precocinadas y recalentadas antes de ser servidas. El recalentamiento puede alterar la textura y el sabor de los alimentos, especialmente de las proteínas, afectando la experiencia general.

Los estudios indican que la comida caliente tiende a liberar más aromas y mejorar la percepción del sabor, por lo que muchas aerolíneas intentan servir sus platos a la temperatura óptima. Sin embargo, esto no siempre es posible debido a las limitaciones del equipo de cocina a bordo.

¿Por qué el zumo de tomate sabe mejor en los aviones?

Un fenómeno curioso que muchos pasajeros han experimentado es que el zumo de tomate parece saber mejor cuando se consume en un avión. Esto se debe a la combinación de factores que hemos mencionado: la reducción de la sensibilidad al dulce y al salado, junto con el aumento en la percepción del umami debido al ruido de fondo. Como resultado, el zumo de tomate, que en tierra puede parecer ácido o metálico para algunas personas, se vuelve más agradable y equilibrado en altitud.

Comida en aviones y otras curiosidades

En un avión, las condiciones afectan no solo la comida, sino también nuestra percepción del entorno. No notamos la velocidad porque el avión se mueve a una velocidad constante sin referencias visuales cercanas que nos den sensación de movimiento. Además, la presión y la estabilidad de la cabina reducen la sensación de aceleración.

Por otro lado, la comida en los aviones sabe diferente debido a la baja humedad, la presión y el ruido de fondo, que afectan nuestras papilas gustativas y el sentido del olfato. Por eso, los platos suelen ser más salados o especiados para compensar la pérdida de sabor. Viajar en avión es una experiencia llena de curiosidades, desde la forma en que percibimos el sabor hasta la ilusión de estar inmóviles a más de 900 km/h.

¿Cuál es la mejor comida en un avión?

Platos con tomate, champiñones, quesos curados o salsas especiadas suelen conservar mejor su sabor. También se recomienda elegir guisos, pastas con salsas intensas y carnes en salsa.

El artículo Por qué la comida de los aviones sabe diferente fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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