No sabemos qué forma tiene el universo, pero los científicos tienen una solución: debemos fijarnos en los nudos hechos con cuerda

Quizás nunca te has planteado en qué lugar vives. No te hablo de cómo es tu casa, la calle o, incluso, la ciudad o el país en el que pasas la mayor parte de tu tiempo, no. En realidad, esta es una pregunta mucho más profunda y que nadie puede responder con certeza. Muchos científicos dedican décadas a estudiar el universo en el que habitamos. Un universo que, por cierto, podría tener una forma mucho más curiosa de lo que nunca habrías imaginado.

La forma del universo: debate candente en la comunidad científica

John Etnyre es profesor de matemáticas del Instituto de Tecnología de Georgia y también el autor de un reciente artículo en el medio The Conversation. Si te gusta conocer apasionantes datos sobre la realidad que nos rodea, creo que su exposición acerca de las posibles formas que podría adoptar nuestro universo es una pieza más que recomendable para satisfacer tu curiosidad.

A pesar de que en la antigüedad, por desgracia hoy en día también, muchos pensaban que la Tierra es plana, hoy sabemos que vivimos en una esfera de tres dimensiones a la que llamamos planeta. Su superficie nos permite movernos en dos dimensiones, norte y sur, también este y oeste, aunque no es la única forma que permite desplazarse de esta manera.

Es aquí donde entra la topología, la rama de la matemática dedicada al estudio de aquellas propiedades de los cuerpos geométricos. Cuando los científicos observan el universo, parece que están mirando un espacio en tres dimensiones, de la misma manera que nosotros, desde la superficie de la Tierra, nos movemos por un espacio en dos dimensiones.

Sin embargo, cuando abandonamos el planeta y lo vemos desde la distancia es cuando podemos observar su verdadera forma. Es por ello que matemáticos, en las últimas décadas, se están estrujando el cerebro para intentar adivinar las posibles formas geométricas que podría tener nuestro universo. Pero claro, dado que el tiempo parece ser otra dimensión más, la cosa se vuelve bastante complicada. Es aquí donde entra en juego la topología de las dimensiones superiores.

La teoría de cuerdas, por ejemplo, sugiere que nuestro universo está compuesto por más de cuatro dimensiones, con lo que calcular la dimensión de un espacio tan complicado puede ser una tarea titánica. Sin embargo, este no es el único ejemplo de un espacio posible para definir a nuestro universo. También se puede estudiar aquel espacio que está incluido en otro, es decir, de una especie de nudo cósmico.

Puede sonarte extraño, pero el estudio de los nudos es de vital importancia para los matemáticos dedicados a la topología. Existen tantas variedades de nudos, que su comprensión facilita la investigación de espacios en 3D y 4D, además de tener aplicaciones que te pueden resultar tan curiosas como entender la propia teoría de cuerdas, la recombinación del ADN y la quiralidad en química.

John Etnyre asegura que poder adentrarnos en la topología de los espacios puede tener un gran valor a la hora de entender el mundo en el que vivimos y ayudarnos a solucionar problemas del mundo real. A fin de cuentas, todo lo que conocemos en nuestro planeta procede de un universo tan vasto, que ni tan siquiera podemos imaginarnos su forma real.

El artículo No sabemos qué forma tiene el universo, pero los científicos tienen una solución: debemos fijarnos en los nudos hechos con cuerda fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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