Los machos de esta especie de pulpo temen ser comidos por las hembras durante el sexo. Su remedio es siniestro

De sobra es conocida la tendencia de las mantis religiosas hembras, sobre todo en cautividad, por acabar devorando a los machos tras el apareamiento. Sin embargo, una desconocida especie de pulpo también es ejemplo de un tipo de reproducción un tanto extraña, al menos desde nuestro punto de vista. Tanto es así, que los pulpos macho han ideado un sistema de defensa frente a las hembras, para evitar una muerte anunciada tras la fecundación.

Las prácticas sexuales de los pulpos de líneas azules

Bajo el nombre científico de Hapalochlaena fasciata nos encontramos con un pulpo de pequeño tamaño, pero que tiene una curiosidad que acaba de ser desvelada en un reciente artículo publicado en la revista científica Current Biology. El resumen sería que los machos del pulpo de líneas azules no se fían de sus hembras, dado que estas practican lo que científicamente se conoce como canibalismo sexual, una práctica común en cefalópodos, según explican los autores del estudio.

Dado que están expuestos a morir después del apareamiento, parece que estos machos han ideado una manera en la que poder fecundar a las hembras sin tener que fallecer en el intento. La investigación explica que los machos de esta especie, conocida por ser venenosa, muerden a las hembras para inyectar su veneno directamente en las aortas y así inmovilizarlas.

Esta especie, que se enmarca dentro del género de los de anillos azules, capaces de liberar una neurotoxina llamada tetrodotoxina. Este compuesto se encuentra tanto en los conocidos peces globo, como en otras especies de organismos acuáticos, anfibios e, incluso, algunas bacterias. Wen-Sung Chung, autor del artículo y miembro del Queensland Brain Institute, perteneciente a la Universidad de Queensland, afirma que las hembras de esta especie puede ser hasta 4 veces más grandes que los machos, aunque, en realidad, tienen el tamaño de una pelota de golf.

Los pulpos, hablando de la reproducción, tienen un tentáculo dedicado a transferir el esperma, que es conocido como hectocótilo. En algunas especies, este tentáculo es muy alargado, con lo que pueden fecundar a la hembra y deshacerse del tentáculo para evitar consecuencias indeseadas. Sin embargo, en el caso del pulpo de líneas azules, su hectocótilo es más corto, con lo que precisaban otra estrategia para evitar la muerte a manos de sus hembras.

Las sesiones de apareamiento, según los investigadores, duran entre 40 y 75 minutos. Mientras las hembras están envenenadas, habitualmente a los 8 minutos de ser inyectadas con el veneno dejan de respirar y sus pupilas no responden a la luz, los machos aprovechan para fecundarlas sin ningún peligro. Sin embargo, los científicos aclaran que «el apareamiento acaba cuando las hembras recuperan el control de sus tentáculos y empujan a los machos».

Durante las observaciones realizadas, ninguna de las hembras murió y se comprobó que se recuperan y alimentan con normalidad al día siguiente. Esto significa que son resistentes a la tetrodotoxina. Wen-Sung Chung aclara en el medio The Guardian:

Debido a que las hembras se convierten en más grandes y fuertes, el macho ha acabado por necesitar una estrategia específica para asegurarse que sus genes pueden ser transferidos a la siguiente generación.

El artículo Los machos de esta especie de pulpo temen ser comidos por las hembras durante el sexo. Su remedio es siniestro fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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