OpenAI quiere que su inteligencia artificial se entrene sin limitaciones por los derechos de autor. La crítica decisión está en manos de Donald Trump

Cuando usamos inteligencia artificial, ya sea ChatGPT o una alternativa, como Grok 3, no somos conscientes del increíble trabajo tras su desarrollo. Los usuarios solamente tenemos que introducir unas palabras para pedir a la IA que nos busque información sobre un tema concreto, redacte un texto, genere una imagen o escriba unas líneas de código que podamos aprovechar en la aplicación que estamos creando.

Crear una inteligencia artificial significa varias cosas. Por un lado, tener una buena previsión de fondos, ya que su desarrollo no es nada barato (aunque es posible crear una IA similar a ChatGPT por apenas 50 dólares). Por otro lado, disponer de un buen archivo de material para su entrenamiento; cuanto más amplio, sus resultados serán mejores.

Este último punto, sin embargo, es motivo de polémica. La IA ha generado importantes debates sobre los derechos de autor, sobre todo en la creación de contenido. No obstante, también en el uso de datos con propiedad intelectual. OpenAI quiere que esto no sea un problema, pero la decisión se encuentra en las manos de Trump.

Una decisión que puede ser crucial para derrotar a China en el sector de la IA

Nada más ocupar el cargo de presidente de los Estados Unidos de América por segunda vez, Donald Trump formalizó a través de la Orden Ejecutiva 14179 su plan de acción de inteligencia artificial. La orden, con el nombre de «Eliminando Barreras para el Liderazgo Americano en Inteligencia Artificial», la cual fue firmada el 23 de enero de 2025, tiene varios objetivos.

Uno de ellos es fortalecer el liderazgo de Estados Unidos en el sector de la IA, promoviendo el desarrollo de esta tecnología sin restricciones que puedan obstaculizar la innovación. De este modo, se garantiza que el país norteamericano mantenga una posición dominante. Dentro del plazo de 180 días desde la firma de la orden, se debe elaborar un plan que garantice su supremacía en la inteligencia artificial.

Es por esto que OpenAI espera con ansias que el plan de Donald Trump zanje el debate sobre los derechos de autor al declarar el uso legítimo del entrenamiento de la inteligencia artificial con dichos datos. En estos momentos, los tribunales están debatiendo el tema. Lo que se sabe, según el dictamen de un juez, es que las obras hechas con IA no tienen derechos de autor.

Anteriormente, el fallo de un juez ya dictaminó que el entrenamiento de IA no constituye un uso legítimo, ya que los resultados de inteligencia artificial amenazaban claramente con reemplazar a Westlaw, la firma de investigación legal de Thomson-Reuters. Sin embargo, a OpenAI no le conviene esta decisión, por lo que parece que estaría recurriendo a Trump para evitar un resultado similar en sus demandas.

Los modelos de OpenAI están entrenados para no replicar obras para el consumo público. En cambio, aprenden de las obras y extraen patrones, estructuras lingüísticas y perspectivas contextuales. Esto significa que el entrenamiento de nuestros modelos de IA se alinea con los objetivos fundamentales de los derechos de autor – OpenAI

OpenAI sugirió el pasado jueves que Estados Unidos debería poner fin a estas disputas judiciales modificando su estrategia de derechos de autor para promover la libertad de aprendizaje de la industria de la inteligencia artificial. Habrá que esperar para ver qué condiciones incluye el plan de acción de la IA prometido por el presidente Donald Trump.

El artículo OpenAI quiere que su inteligencia artificial se entrene sin limitaciones por los derechos de autor. La crítica decisión está en manos de Donald Trump fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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