Después de dos intentos cancelados por la mala meteorología hoy a las 12:30, hora peninsular española (UTC +2) despegaba la misión Going Full Spectrum de la empresa alemana Isar Aerospace. Se trataba del primer intento de lanzamiento orbital por parte de una empresa europea. Pero la misión terminó unos 30 segundos después del lanzamiento cuando el cohete se estrellaba en las proximidades de la plataforma de lanzamiento.
Durante los primeros 15 segundos o así de la misión todo parecía ir bien mientras el Spectrum se elevaba y libraba la torre de lanzamiento. Pero a los aproximadamente 18 segundos empezaron a producirse oscilaciones longitudinales cada vez más fuertes que terminaron por hacer que el cohete se girara casi 180 grados.
Esto llevó a activar el sistema de terminación de vuelo –básicamente apagar los nueve motores Aquila de la primera etapa– lo que hizo que el Spectrum se precipitara contra el suelo y causara la correspondiente explosión.
La retransmisión oficial no permitió ver el impacto, aunque un vídeo publicado más tarde permite ver que el cohete cayó al agua y no sobre la plataforma como daba la impresión en algunas imágenes. El CEO de la empresa dice que tampoco ha habido que lamentar daños personales.
Footage of the Isar Aerospace Spectrum rocket narrowly missing the pad on its way down. Credit: Isar Aerospace / NSF
— Andrew Parsonson (@andrewparsonson.bsky.social) 30 de marzo de 2025, 15:53
Su cohete es el Spectrum, que mide 28 metros de largo y dos de ancho y consta de dos etapas fabricadas en compuestos de carbono. La primera monta nueve motores Aquila; la segunda uno. Son motores que, igual que el resto del cohete, han sido desarrollados por la empresa. Utilizan propano y oxígeno líquidos como propelentes. El motor de la segunda etapa puede hacer múltiples encendidos, lo que permite al Spectrum colocar cargas útiles en distintas órbitas.
Tiene una capacidad de 1.000 kilos a órbita baja terrestre y de 700 kilos a órbita sincrónica al Sol, ya sea en lanzamientos dedicados o compartidos. Desde Andøya, debido a su elevada latitud, serán lanzamientos a órbitas polares o sincrónicas al Sol. Pero Isar Aerospace tiene un acuerdo con el espaciopuerto europeo de Kourou para poder lanzar desde allí, lo que le permitiría llegar a órbitas ecuatoriales o de baja inclinación.
Hay que reconocer el mérito a Isar Aerospace de haber conseguido llegar a un intento de lanzamiento orbital en apenas siete años, en especial teniendo en cuenta que tanto el cohete como los motores son diseños propios de la empresa. Y no hay duda de que habrán aprendido cosas con el lanzamiento de hoy.
Pero habrá que ver cómo siguen adelante y cuándo pueden volver a intentarlo. Ya tienen dos cohetes más en producción pero dependerá mucho de qué modificaciones haya que hacer en ellos a tenor de lo sucedido hoy.
Y, en cualquier caso, cualquier avance en el sentido de que Europa pueda disponer de una capacidad de lanzamiento independiente es muy importante, en especial en el clima político actual.
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