
Una de las características más aplaudidas del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (IA) es el régimen sancionador acordado por los 27. Para asegurarse de que las aplicaciones de IA prohibidas o calificadas de alto riesgo no se usen, el reglamento prevé fuertes multas de hasta 35 millones de euros o el 7% de la facturación anual mundial de la empresa infractora. Pero el reglamento deja a la discreción de cada Estado miembro qué tipo de sanciones aplican cuando quien incumple la normativa es la Administración.
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