Perplexity y su navegador Comet: I’ll be watching you…

IMAGE: EDans

La reciente entrevista de Aravind Srinivas, CEO de Perplexity, en la que revela que su próximo navegador, Comet, rastreará «todo lo que los usuarios hacen en la red «para vender anuncios «hiperpersonalizados», es una muestra clara de cómo algunas empresas tecnológicas siguen sin comprender los límites éticos del uso de datos personales .​

Srinivas argumenta que este seguimiento permitirá ofrecer anuncios más relevantes, basándose en actividades como compras, reservas de hoteles o visitas a restaurantes. Sin embargo, esta lógica ignora deliberadamente el derecho fundamental a la privacidad y la cada vez más claro malestar y desconfianza de los usuarios hacia prácticas invasivas que han convertido a la sociedad actual en paranoica, convencidos de que todos sus dispositivos les escuchan y les espían a todas horas.

Todos mis lectores habituales conocen bien mi opinión sobre la publicidad hipersegmentada, que lejos de ser una innovación beneficiosa, ha demostrado ser perjudicial tanto para los usuarios como para la sociedad en general. Este tipo de publicidad se basa en la recopilación masiva de datos personales, a menudo sin el consentimiento explícito de los usuarios, y ha sido objeto de múltiples críticas y regulaciones.

Además, la eficacia de la publicidad hipersegmentada es muy cuestionable. Estudios han demostrado que no necesariamente genera un aumento significativo en las ventas en comparación con la publicidad convencional. Lo que sí genera es una sensación constante de vigilancia y pérdida de control sobre la propia información, de «¿por qué este anuncio?» o de «¿de dónde diablos han sacado esta información?».​ Precisamente lo que muchos pensamos que debería estar fuera del desarrollo de modelos de negocio mediante inteligencia artificial.

El caso de Perplexity es especialmente preocupante porque, a pesar de ofrecer un chatbot de alta calidad, ha decidido implementar un modelo de negocio basado en prácticas que muchos consideramos invasivas y éticamente cuestionables. La decisión de desarrollar un navegador que rastree cada movimiento del usuario para alimentar un ecosistema publicitario hipersegmentado es un paso en la dirección equivocada, que además sabemos perfectamente a dónde nos lleva. Lo único que pretende Perplexity con Comet es saber qué hacemos, qué páginas leemos y cuáles son nuestros intereses, más allá de lo que preguntemos a su chatbot. Si lo usas, ya sabes lo que te va a pasar, cómo vas a regalar a Perplexity tu información personal, y por supuesto, lo que van a hacer con ella: venderla al mejor postor. Será como en la canción de The Police: cada vez que respires, cada paso que des, cada palabra que digas… I’ll be watching you.

Es fundamental que los usuarios sean conscientes de estas prácticas y tomen decisiones informadas sobre las herramientas que utilizan. La privacidad no debe ser el precio a pagar por servicios tecnológicos avanzados. Existen alternativas que respetan los derechos de los usuarios y ofrecen funcionalidades similares sin recurrir a la explotación de datos personales.​

La estrategia de Perplexity con su navegador Comet representa una clara amenaza para la privacidad y un retroceso en la lucha por una internet más ética y respetuosa con los derechos de los usuarios. Es, básicamente, más de lo mismo, más de los abusos que Google, Meta y otros llevan años cometiendo con nuestra información personal. Es responsabilidad de todos rechazar estas prácticas y obligar a las compañías a optar por soluciones que prioricen el bienestar y la privacidad de las personas.

Estaba en la lista de beta testers para Comet y utilizaba habitualmente Perplexity Pro como una de mis primeras opciones para muchas cosas. Aravind Srinivas ha conseguido, con una sola entrevista, que me replantee las dos cosas. Lleva cierto tiempo conseguir una buena imagen, pero la puedes arruinar completamente en una sola entrevista. Bien, Aravind, no está mal…

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