Hace ahora tres años Atilio Andrade se despertó una mañana con la cuenta de su banco bloqueada. Andrade, dueño de un pequeño negocio de envío de remesas en el barrio de La Torre, en Valencia, no podía usar su cuenta con Caixabank. Hoy, sentado detrás del mostrador de su negocio, este hombre de hablar pausado sitúa en aquella mañana de mayo de 2021 el inicio de su particular pesadilla financiera.
Manifestación china en Madrid
Helena Xia, abogada, fue una de las promotoras de la manifestación que en 2019 sorprendió a propios y extraños al movilizar a cientos de ciudadanos de origen chino en pleno centro de Madrid, después de que el BBVA cerrase las cuentas a miles de sus compatriotas. Hoy, sentada en su despacho en el barrio de Usera de la capital, Xia recuerda que aquello fue solo el principio. En 2021, clientes de esta entidad procedentes de China denunciaron de nuevo restricciones generalizadas en sus cuentas.
Esta abogada enumera los diferentes casos de compatriotas que sufrieron entonces toda la crudeza de esta decisión, al no contar con una red que les protegiese. “El señor Huan, jubilado, soltero, que recibía su pensión mensual en su cuenta. Se quedó sin dinero y el dueño de su piso lo echó. No tenía ni un sitio para vivir ni tampoco cómo alimentarse. Se tumbaba en un banco del parque”. O el de un joven estudiante que recibía en su cuenta el dinero que le enviaba su padre, “¿cómo pagar su matrícula, su alquiler, su transporte? Imposible”. “Tenemos un montón de ejemplos como estos”, asegura Xia.
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