China quiere ser como SpaceX, pero este vídeo desde un dron demuestra que aún tienen mucho que aprender

A pesar de su nombre, Deep Blue Aerospace es una empresa privada de lanzamiento espacial china con sede en Jiangsu y cuyo objetivo, principalmente, es el desarrollo de cohetes reutilizables, como los que SpaceX utiliza de manera habitual en la actualidad. Echa un vistazo a la última prueba de su cohete Nebula-1 y nos cuentas qué te parece. Spoiler: acaba mal.

La lección aprendida por Deep Blue Aerospace

Bajo estas líneas puedes ver el vídeo completo en el que la compañía Deep Blue Aerospace demuestra que aún tiene mucho que aprender para intentar hacerse un hueco en el complicado mundo de los cohetes reutilizables. Esta prueba ha sido realizada en el Puerto Espacial Ejin Banner, situado en Mongolia, y buscaba conseguir un aterrizaje vertical del Nebula-1, que aún se encuentra en fase de prototipo.

El metraje obtenido por la empresa china resulta de lo más espectacular, pudiendo observar su ascenso vertical hasta una altura de unso 5 kilómetros y su descenso controlado, que, por desgracia, acaba de manera fulminante con el cohete estrellándose contra el suelo. Sin embargo, dado que estamos ante una prueba, este es ya un paso adelante para intentar conseguir un vehículo de lanzamiento reutilizable en un futuro no demasiado lejano.

Fue a las 13:40 del pasado 22 de septiembre cuando la compañía Deep Blue Aerospace dio el pistoletazo de salida a la prueba que has podido ver sobre estas líneas, que acabó por ‘una anomalía durante la etapa de aterrizaje final‘. Según el comunicado emitido por la empresa china en su página web:

Hay un total de 11 tareas principales de verificación de prueba en esta prueba de vuelo, 10 de ellas se completaron con éxito y 1 no se completó.

El cohete Nebula-1 tiene un diámetro de 3,35 metros y una primera etapa que mide 21 metros de altura. Además, como gran baluarte, está fabricado de una sola pieza mediante tecnología de impresión 3D, utilizando una aleación de alta temperatura. Su motor utiliza oxígeno líquido y lleva por nombre Thunder-R.

Dado que el objetivo de la prueba era verificar el trabajo de cada sistema en la fase de recuperación vertical, parece que Deep Blue Aerospace ha dado un paso adelante. Los datos obtenidos en esta ocasión serán utilizados para posteriores pruebas de vuelo, que podrían llegar a alcanzar los 100 kilómetros de altura.

Eso sí, ya se sabe que ‘el comando de control de seguimiento del servo de empuje del motor fue anormal, lo que provocó que la altura de aterrizaje del cuerpo del cohete excediera el rango de diseño’. Será el próximo mes de noviembre cuando la empresa china vuelva a intentar un nuevo aterrizaje vertical en el puerto espacial situado en el desierto del Gobi, que permite llevar a cabo estas pruebas con todas las medidas de seguridad.

El artículo China quiere ser como SpaceX, pero este vídeo desde un dron demuestra que aún tienen mucho que aprender fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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