Desde hace 25 años, el mayor laboratorio espacial jamás construido por el ser humano nos acompaña en la órbita terrestre. Cientos de astronautas e infinidad de experimentos han pasado por sus instalaciones desde 1998, con la NASA y Roscosmos, la agencia espacial rusa, como principales impulsores desde sus inicios. Sin embargo, muchos son los retos a abordar por los responsables de ambas agencias, dado que la EEI empieza a dar síntomas de envejecimiento.
Los peligros de mantener activa la Estación Espacial Internacional
Hace un par de años, la NASA extendió la vida operativa de la EEI hasta el año 2030, lo que implicaría que en el año 2031 habría que desorbitar la estación y desde ahora empezar a pensar en los sustitutos de la misma. Sin embargo, puede que los reemplazos no estén preparados para entonces, lo que implicaría que habría que continuar extendiendo su vida útil, algo que supone un gran riesgo operativo.
Recientemente, según un informe publicado en la página web de la NASA, hemos podido toparnos con la confirmación de que la Estación Espacial Internacional necesita atajar algunos problemas actuales si quiere seguir ofreciendo un servicio fundamental para nuestra civilización y la exploración del cosmos.
El informe, publicado por el inspector general de la NASA, asegura que uno de los riesgos más importantes en la Estación Espacial Internacional son las actuales grietas y fugas de aire en el Túnel de Transferencia al Módulo de Servicio, habiéndose identificado el mayor ratio de fuga en abril de este mismo año. Sin embargo, esto no es lo único que preocupa en la NASA.
Si la estación continúa funcionando en los años venideros, la necesidad de reparaciones y mantenimiento cada vez será mayor y esto es algo que no está del todo claro cómo podrá gestionarse. Algunas piezas son complicadas de adquirir debido a que los proveedores han disminuido o detenido su producción y la nula redundancia de socios para el transporte hace que la NASA tenga que confiar en empresas externas.
Además, la agencia espacial asegura que el riesgo de impacto de micrometeoroides es cada vez mayor, lo que implica que haya que continuar protegiendo el exterior de la EEI. Por el momento, la NASA ha decidido no añadir nuevas medidas de protección, ya que los costes se disparan y los retos técnicos son muy exigentes, lo que implica un riesgo añadido.
Desde la oficina del inspector general de la NASA se propone volver a examinar las herramientas de seguimiento de desechos orbitales y tener planes de contingencia ante posibles eventos de emergencia, incluyendo daños en la Crew Dragon y la Starliner. Además, se recomienda el desarrollo de un plan para ahorrar costes y reducir operaciones en la EEI antes de su desmantelamiento para el año 2031. La NASA, como comprobarás, tiene un largo camino por delante.
El artículo La Estación Espacial Internacional en peligro. La NASA confirma una filtración que pone en riesgo al laboratorio orbital fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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