El «Super tanque nazi» existió en la vida real. Pesaba casi 200 toneladas y era una bestia blindada con un cañón enorme

En Urban Tecno hemos hablado en más de una ocasión sobre carros de combate. Estos vehículos blindados llevan siendo desde hace más de 100 años la pieza central de las fuerzas terrestres de todos los ejércitos. Diseñados en la Primera Guerra Mundial con formas extrañas, en el siglo XX se convirtieron en grandes moles de acero movidas por sistemas de orugas. La Alemania Nazi fue un país que fabricó muchos modelos, entre ellos el gran Panzer VI Tiger, pero había uno mucho más grande: el Panzer VIII Maus de 188 toneladas. Una bestia real de la era industrial.

Si uno hoy visita el juego gratuito de World of Tanks descubrirá que entre los modelos que los jugadores pueden adquirir está el tanque «Maus» de Alemania. Calificado como un tanque pesado parece sacado de una película de ciencia ficción en un universo alternativo de la Segunda Guerra Mundial. Lo que no sabéis es que realmente sí existió y que además se fabricaron dos prototipos antes de que acabara el conflicto en Europa en mayo de 1945. Este carro no era «pesado» era «super pesado» ya que el modelo precedente a él tenía alrededor de de las 70 toneladas. es decir 110 toneladas menos que este monstruo.

Hubo dos super tanques nazis y uno de ellos todavía puede verse

El Panzer VIII Maus (Ratón) como se le designó en los documentos era un carro diseñado para enfrentarse a todos los demás tanques que usaban los enemigos de Alemania y vencer siempre. El blindaje de este vehículo era del orden de 220 a 400 milímetros, lo que le hacía invulnerable a los disparos de los cañones estándar que usaban los ejércitos de la época. Los más comunes eran el 75, 76 y 85 mm que usaban los tanques anglosajones y soviéticos. Es cierto que había carros con cañones de 90 mm y 122 mm, pero igualmente con la protección mencionada no le harían más que cosquillas.

Pero sin adelantar cuestiones técnicas, ¿cuándo empezó el desarrollo de este vehículo? Todo parece apuntar que, a mediados de 1942, cuando Alemania estaba enzarzada en una costosa guerra en la URSS y en África, las autoridades dieron permiso a ciertos industriales para diseñar un carro que estuviera en el orden de las 100 toneladas. El elegido para la mecánica era el mundialmente conocido Porsche y para el armamento Krupp. Dos empresas que colaboraban activamente con el régimen nazi.

Desde la fecha mencionada hasta el verano de 1944, los ingenieros trabajaron lo que pudieron y lo que les dejaron sus apretadas agendas para diseñar el nuevo carro de combate que debía ser invulnerable y con una potencia de fuego que abrumara al enemigo. Fueron meses y años de experimentación y sobre todo de muchas pruebas de ensayo y error que lapidaron recursos que por aquel entonces Alemania no tenía.

Familia en el Museo de Tanques de Kubinka al lado del Panzer VIII Maus (Ratón). Impresiona el tamaño comparado con una persona (Alamy)

Los problemas con un tanque de 188 toneladas surgieron a la primera de cambio, algo normal por otra parte. El diseño y desarrollo era monstruoso, y lo decimos con conocimiento de causa. Las grandes orugas, blindaje, torreta y sistema mecánicos fueron todo un obstáculo para los ingenieros, acostumbrados a trabajar con modelos más pequeños y manejables. El motor fue un punto de inflexión, ya que aunque lograba mover el vehículo no podía alcanzar más de 13 kilómetros por hora, demasiado lento para la guerra moderna.

Cuando el Panzer VIII Maus estuvo «listo» (las comillas son necesarias) el resultado fue un tanque superpesado con un cañón de 128 mm y muy blindado, pero que se movía con torpeza, que padecía fallos mecánicos como en otros modelos de esta clase y que además estructuras como los puentes no podían soportar. Todavía hay más, la torreta donde montaba el gran cañón requirió de soluciones improvisadas para que encajara bien y el consumo de gasolina era inasumible: 35 litros por kilómetro recorrido.

No sabemos que hubiera ocurrido si este tanque hubiera entrado en combate, lo más seguro es que hubiera sido destruido antes ni siquiera de disparar el primer proyectil. Para cuando estuvo ensamblado los Aliados disfrutaban de una superioridad aérea indisputable, por lo que el carro hubiera ofrecido un goloso objetivo para los ataques. De todas maneras no podemos hacer historia ficción.

Hoy un prototipo superviviente del Panzer VIII Maus puede verse en el Museo de Tanques de Kubinka en Rusia. Allí descansa para que todo aficionado o interesado en la Segunda Guerra Mundial pueda verlo con sus propios ojos. Sin duda y viendo las imágenes que existen de él, impresiona. No obstante, y antes de acabar, adelantamos que en esto de los Super tanques nazis hay más modelos y muchos parecen inimaginables.

El artículo El «Super tanque nazi» existió en la vida real. Pesaba casi 200 toneladas y era una bestia blindada con un cañón enorme fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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