Imagínate a un gigantesco ser alado de hace 66 millones de años aterrorizando a su paso a todos los dinosaurios y seres vivos que fuesen apareciendo en su camino. Si la imagen ya es lo suficientemente evocadora, vamos a añadirle un elemento extra que podría ser ideal para una nueva película de terror prehistórico: sus restos han sido hallados en la región de Transilvania y los científicos lo han apodado como Drácula.
Los orígenes del Drácula prehistórico
Deberíamos desplazarnos hasta el Museo Altmühltal, en Alemania, para contemplar los fósiles recuperados de este colosal animal del Mesozoico medio. Estamos hablando de una criatura que debía medir más de 3,5 metros de altura y que podría haber tenido una envergadura de entre 11 y 12 metros. Para que te hagas una idea de su tamaño, podría ser comparado con una jirafa pequeña si estaba posado en tierra firme o con una avioneta si estaba volando.
Ben Thomas, paleontólogo de la Universidad de Portsmouth, ha publicado en YouTube el vídeo que puedes ver bajo estas líneas, en el que habla con Nizar Ibrahim, paleontólogo del Museo Altmühltal. Parece ser que Drácula podría enmarcarse dentro la familia de los azdárquidos, que incluyen a algunos de los mayores animales voladores conocidos, y cuya denominación significa dragón.
Es por ello que cuando los científicos se toparon con los restos de este pterosaurio en la cuenca de Hațeg, localizada en la región rumana de Transilvania, tuvieron que denominar al animal como Drácula, que significa hijo del dragón. Sin embargo, aún se tienen muchas dudas a la hora de calificar a este ser como una nueva especie, dado que sus fósiles están muy fragmentados. Además, según el artículo publicado en la revista Scientific American en 2018, se tienen serias dudas de que pudiese incluso volar.
Ahora, en cambio, un reciente artículo publicado en la revista Journal of Vertebrate Paleontology podría haber desvelado las claves para asegurar que sí, que efectivamente esta enorme criatura era capaz de levantar el vuelo. Pero, claro, también muchos científicos se han planteado cómo era posible que algunos animales voladores pudiesen alcanzar tamaños tan gigantescos. La respuesta podría llegar a través de su habilidad para caminar.
Ese nuevo estudio, que ha examinado la evolución de los pterosaurios a través de sus manos y pies, ha desvelado que a mediados del Jurásico estos atributos físicos se empezaron a parecer cada vez más a los del resto de animales terrestres. Los pterosaurios más evolucionados podían mover cada extremidad de manera individual, lo que les permitía poder caminar de manera más simple por el suelo.
Y esta parece ser la clave de su crecimiento en tamaño. Cuando hablamos de pterosaurios, no solo hablamos de animales voladores, sino de especies que vivieron en árboles o en el suelo y que jugaron un papel realmente importante en los ecosistemas de hace millones de años.
El artículo Este es «Drácula», el reptil volador más grande que ha existido en la Tierra y da el mismo miedo que un vampiro chupasangre fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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