Tenía un tamaño cuatro veces mayor que el monte Everest: así fue el impacto de un meteorito que pudo haber impulsado la vida en la Tierra

Cuando hablamos de impactos de grandes meteoritos en la Tierra, dos conceptos suelen acudir a nuestra mente: la era de los dinosaurios y la extinción de gran parte de las formas de vida del planeta. Sin embargo, en este caso, no vamos a hablar de animales de gran tamaño y la destrucción de la vida, sino todo lo contrario. Te hablaremos de cómo un meteorito colosal pudo dar un gran impulso a la vida en nuestro pequeño rincón del sistema solar.

El impacto de un gigantesco meteorito hace miles de millones de años

Nadja Drabon es la autora principal del estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, en el que hemos podido conocer cómo pudo existir un meteorito que tenía cuatro veces el tamaño del monte Everest y que impactó con nuestro planeta hace 3.260 millones de años. El meteorito S2, lejos de provocar un cataclismo, pudo ser fundamental para el desarrollo primigenio de la vida.

Estamos hablando de una roca espacial que debía tener un tamaño de entre 37 y 58 kilómetros de diámetro, unas 200 veces el tamaño del meteorito que acabó con los dinosaurios. Nadja Drabon, geóloga y profesora del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de Harvard, propone que no siempre este tipo de impactos son negativos desde el punto de vista de la vida. Además, según lo publicado en el medio Independent, afirma:

(…) lo que este estudio está subrayando es que estos impactos podrían haber tenido beneficios para la vida, especialmente para la más temprana…estos impactos podrían haber permitido a la vida florecer.

La explicación para este fenómeno de impulso de la vida comienza con los análisis que sugieren que se creó un tsunami tan gigantesco que océano y tierra acabaron por mezclarse. El calor del impacto provocó que el océano comenzase a hervir, lo que provocó que la atmósfera se calentase y que una nube densa de polvo cubriese el planeta.

Sin embargo, parece que después del evento la vida bacteriana resurgió rápidamente, hablamos de las poblaciones de seres unicelulares, debido a que su alimentación se basaba en el hierro y el fósforo. El primero de estos elementos pudo ser enviado desde las profundidades del océano a la superficie debido al gran tsunami, mientras que el fósforo pudo haber llegado a la Tierra como pasajero inesperado del meteorito.

Estas bacterias que se alimentaban de fósforo y de hierro pudieron ser la clave para el florecimiento de la vida en la Tierra, según la investigación liderada por la geóloga Nadja Drabon. Hoy en día, habría que acudir al cinturón de piedras verdes de Barberton en Sudáfrica para encontrar evidencias de este impacto del meteorito S2. La geóloga asegura que:

Imagínate estando de pie frente a la costa del Cabo Cod en un estante de aguas poco profundas. Es un ambiente de poca energía, sin fuertes corrientes. Después, de repente, llega un tsunami gigante, arrasando y desgarrando el fondo marino.

El artículo Tenía un tamaño cuatro veces mayor que el monte Everest: así fue el impacto de un meteorito que pudo haber impulsado la vida en la Tierra fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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