
Esa mancha de color verde que puedes observar en la imagen de portada es lo que se conoce como un lago endorreico, es decir, un área geográfica en la que el agua no tiene una salida fluvial hacia el océano. Esto provoca que si una gran cantidad de lluvia cae en un corto período de tiempo, como sucede con un charco, esa zona se llena de un agua que no se eliminará hasta ser evaporada o infiltrada. Así comienza la historia del lago Sebkha el Melah.
El inesperado lago del desierto del Sáhara
El pasado mes de septiembre, un ciclón azotó el norte de África y provocó un fenómeno meteorológico que no es habitual de observar en el desierto del Sáhara: precipitaciones de gran intensidad. Además de lo sorprendente que pueda ser esta noticia, tenemos que añadir la aparición de un lago improvisado, que ha permitido indagar cómo podía ser el aspecto de esta región del continente africano hace miles de años, con mucha más vegetación de la que presenta en la actualidad.
Gracias a la información publicada en la página web de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, sabemos que la aparición de este tipo de lagos endorreicos es realmente importante para la vida en uno de los desiertos más grandes del planeta. Aquí abajo te mostramos cómo se ha pasado de una zona árida el 12 de agosto de este año a un lago algo más de un mes después.
Las diferencias en esta zona del Sáhara, en el intervalo de un mes, son realmente notables
La fotografía que ilustra el cambio geográfico ha sido tomada mediante la cámara ubicada en el satélite Landsat 9 de la NASA, que ha mostrado cómo este lago estaba cubierto en un 33% de su superficie, abarcando un área de 191 kilómetros cuadrados y con una profundidad media de 2,2 metros. Sin embargo, esta imagen bien pudo haber sido habitual hace miles de años en el norte de África.
En una época conocida como el Periodo húmedo de África, hace entre 11.000 y 5.000 años, este desierto del Sáhara estuvo mucho más repleto de vida y color y todo parece que fue debido a una pequeña oscilación en la órbita de la Tierra. Esta fue una era en la que nuestros ancestros habrían pintado cuevas con escenas de caza en este continente, que pudo ser mucho menos árido de lo que imaginamos actualmente.
Sin embargo, muchos expertos aseguran que no estamos hablando de condiciones meteorológicas que hubiesen permitido que todos los lagos del desierto estuviesen llenos a rebosar. De hecho, expertos como Moshe Armon, investigador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, explican que los eventos de lluvias extremas, como el ciclón que te comentábamos al inicio del artículo, habrían sido más frecuentes en aquella época.
Dado que lleva mucho tiempo que un lago se seque, el aumento de la frecuencia de precipitaciones torrenciales podría haber provocado que los lagos nunca hubiesen perdido toda su agua. Este lago Sebkha el Melah, por ejemplo, se sabe que tuvo agua salada en su interior entre los años 2008 y 2012. Se sabe, además, que la época estival es la más habitual para estas abundantes precipitaciones, dado que un 30% de los 38.000 eventos de este tipo registrados han sucedido en verano, según la información publicada en la página web del Observatorio de la Tierra de la NASA.
En realidad, el tiempo que este u otros lagos de zonas desérticas permanezcan con agua en su interior no es tan importante como darse cuenta de que el clima de nuestro planeta, en estos tiempos que corren mucho más, está cambiando a pasos agigantados. Ya sea por la acción del ser humano o por procesos naturales, tenemos que ir acostumbrándonos a descubrir cómo diversas zonas del planeta cambian de cara con el paso del tiempo.
El artículo Este lago apareció de repente en el desierto del Sáhara y nos puede dar una pista de cómo fue este árido entorno en el pasado fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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