No nos cabe la menor duda de que la caja de cambios manual está viviendo sus últimos años entre nosotros. La gran mayoría de los vehículos que están saliendo nuevos al mercado vienen con cambio automático. Y no es que estas cajas sean mejores o peores. Simplemente, al ser más eficientes, homologan menos emisiones. Los fabricantes únicamente se están adaptando a la agenda.
A los que nos gusta conducir nos suele dar un poco igual el tipo de cambio que tenga un coche. Aunque, a ser posible, casi siempre vamos a elegirlo manual. Y puestos a manejar a mano la transmisión, qué menos que hacerlo bien. En este artículo vamos a explicar paso a paso cómo hay que cambiar de marcha perfectamente en un coche con motor diésel.
¿Existe alguna regla para cambiar de marcha?Entendiendo el tacómetro de un coche diésel¿Cuándo debo cambiar de marcha con mi coche diésel?Conducción en ciudadConducción estándar en autopista y autovíaConducción en carreteras con pendientes y curvasConducción deportiva
¿Existe alguna regla para cambiar de marcha?
Hay cientos de vídeos de TikTok, así como entradas de blogs, que explican reglas para cambiar de marcha. Una de las más conocidas es la «regla de los 20 km/h», que dice que podemos cambiar a una marcha superior al sobrepasar un múltiplo de 20. Según esta norma, podríamos ir en primera marcha hasta 20 km/h, hasta 40 km/h en segunda, 60 km/h en tercera… y así sucesivamente.
Sin embargo, esa regla no está ni cerca de ser correcta. Aunque funciona en ciudad, a la hora de salir a carretera y enfrentarte a un adelantamiento complejo o una subida de una pendiente, te vas a quedar sin potencia, otros conductores te van a pitar y lo vas a pasar bastante mal al volante.
Lo que tienes que entender antes de entrar en materia es que no hay una forma única de cambiar de marcha. Todo depende de la conducción que estés haciendo. No puedes conducir igual en una autopista que en una carretera nacional de doble sentido. Tampoco debes aguantar la misma marcha a 90 km/h en una autovía que en una carretera comarcal con una subida pronunciadísima. Y esto aplica tanto a coches diésel, como a los que funcionan con gasolina.
Entendiendo el tacómetro de un coche diésel
Hace un tiempo escribimos un artículo bastante interesante sobre qué es el par motor del coche y cómo se calcula. Casi todo lo que vamos a explicarte en este apartado tiene mucho que ver con lo que aprendimos en esas líneas.
Cada coche con motor diésel es diferente. Hay coches que a 1.500 RPM pueden tirar como auténticas bestias, y otros que a 2.000 RPM pueden estar completamente muertos. Pisarás el pedal a fondo, y el coche no reaccionará en absoluto.
Los vehículos diésel se caracterizan precisamente por entregar su par máximo en una zona baja del tacómetro. Esto los hace algo más sencillos de conducir en situaciones difíciles. Por ejemplo, un Audi A4 2.0 TDI de 150 CV del año 2014 da su par máximo entre las 1.750 y las 2.500 revoluciones. Como comentamos en el artículo que hemos enlazado antes, el par máximo es esa zona en la que los cilindros se llenan perfectamente y se produce una combustión perfecta. La conducción más eficiente va a estar siempre en ese rango de vueltas.
El otro caso es la potencia máxima. Los motores diésel, al trabajar con una compresión más alta, no pueden girar tanto como los de gasolina, una cuestión de diseño. De ahí que la potencia máxima se produzca también mucho antes. Siguiendo con el mismo Audi, esta berlina alemana que hemos elegido de ejemplo da su potencia máxima cuando la aguja toca las 4.200 RPM. El motor permite girar incluso más si llevamos la aguja a la zona roja, pero estaremos quemando combustible en vano, pues no ganaremos más potencia.
¿Cuándo debo cambiar de marcha con mi coche diésel?
Como veníamos diciendo, cada motor diésel tiene sus particularidades, por lo que no te podemos dar una cifra única como respuesta. Lo que sí puedes hacer es entender la hoja de especificaciones de tu coche y adaptar el cambio de marcha en función del diseño del motor y del tipo de conducción que estés haciendo.
Te lo explicamos en cuatro situaciones diferentes, que son las siguientes:
Conducción en ciudad
En ciudad, nos interesa siempre ahorrar combustible. Los coches de combustión consumen bastante más en ciclos urbanos. Esto parece contrario a la lógica, pero lo que ocurre es que el motor no es eficiente haciendo arranques y paradas constantes.
Por ello, en ciudad, lo ideal es que conduzcas con la marcha más larga que permita cada situación. En el caso específico de un vehículo diésel, no es necesario ni siquiera que llegues a la zona de par máximo del motor. Puedes subir de marcha al llegar a unas 1.500 revoluciones por minuto. Eso sí, si ves que tu coche pega tirones o quiere calarse al subir de marcha, intenta hacer el cambio un poco más arriba de vueltas.
Conducción estándar en autopista y autovía
Los coches diésel son magníficos para hacer largos recorridos por carretera, especialmente a altas velocidades. La caja de cambios que se suele instalar en vehículos con un motor mediano —como el 2.0 TDI del Audi del ejemplo anterior—, están diseñados para que el vehículo pueda llanear entre 100 y 120 km/h a un ritmo en el que el tacómetro esté en la zona de par máximo (2.200 RPM en nuestro ejemplo). Al fin y al cabo, nos interesa que el coche responda bien al acelerador, pero con un consumo eficiente.
Si te incorporas a una autovía, lo ideal es que no cambies tan rápidamente como en ciudad. Puedes alargar mucho más los cambios, optimizando más esa zona de par máximo. Así, puedes beneficiarte de una aceleración más progresiva, y podrás hacer maniobras más rápidas. Si no sabes muy bien en qué rango de revoluciones da tu coche el par máximo, busca una ficha en Internet. Es una información bastante sencilla de encontrar.
Conducción en carreteras con pendientes y curvas
Vayamos ahora a un escenario menos relajado. Carretera nacional con cambios de rasante, curvas y coches circulando en el sentido contrario. Puedes hacer los cambios pronto y ahorrar mucho combustible, sí. Pero no vas a tener el control completo del vehículo.
En una carretera de este tipo, no queremos estar circulando en marchas largas. Nos interesa jugar con el cambio para tener nuestro motor en un régimen de vueltas más amplio. Al aproximarnos a una curva, debemos frenar, reducir de marcha y encarar la curva de forma que podamos acelerar de forma correcta tras haberla pasado. Lo mismo ocurre al aproximarnos a una pendiente. Por eso, no es descabellado circular en una marcha más corta, y en la parte más alta de la zona de par máximo.
Además, en momentos críticos, como efectuando un adelantamiento, no queremos cambiar a una marcha superior. Lo ideal será apurar al máximo las revoluciones hasta la zona de potencia máxima, con el objetivo de que podamos hacer la maniobra rápidamente y con seguridad.
Conducción deportiva
Finalmente, tenemos la conducción deportiva. Puede sonar a oxímoron eso de practicar este tipo de conducción en un coche diésel. Sin embargo, poderse, se puede hacer.
Cuando hablamos de conducción deportiva, nos referimos a un tipo de conducción que exige mucho a la máquina. Se puede practicar en carreteras normales siempre y cuando se respete el código de circulación. No obstante, lo ideal es siempre practicarlo en circuitos o tandas privadas.
En este escenario, lo óptimo es llevar siempre la aguja del tacómetro a la línea de potencia. Es justo ahí cuando cambiaremos a la siguiente marcha. Haciendo esto, conseguiremos la cifra de aceleración homologada por el fabricante —el 0 a 100, vamos—.
A la hora de reducir, pasa un tanto de lo mismo. No nos va a interesar encarar una curva o una pendiente con una marcha demasiado larga, pues las revoluciones del motor caerán hasta un punto en el que luego el pedal del acelerador no responderá como nosotros queremos. De ahí que sea tan importante bajar marchas e incluso practicar alguna que otra técnica de igualación de revoluciones como el punta-tacón o el doble embrague.
El artículo Cuándo cambiar de marcha exactamente en un coche diésel fue publicado originalmente en Urban Tecno.
Dejar una contestacion