Echar combustible en nuestro coche se ha convertido en parte de nuestra rutina, en algo que se hace casi sin pensar y durante centenares de veces a lo largo de la vida útil de un vehículo. En este sentido, se trata de una operación que tenemos más o menos interiorizada y en la que muchas veces sólo nos preocupamos de encontrar la gasolinera más cercana si estamos en reserva, en buscar la estación de servicio con precios más económicos o en organizarnos de tal manera para que podamos repostar el día de la semana con mejores precios.
Aunque estas prácticas son más que adecuadas, cuando llegamos a la estación de servicio hay una cosa que gran parte de los conductores pasamos por alto, en muchas ocasiones porque no tenemos constancia de ello. Al final, todo pasa por llegar, pagar y repostar, pero prácticamente nadie tiene en cuenta que las mangueras con las que repostamos son un foco muy importante de contaminación. Un reciente estudio señala que la manguera de un surtidor de gasolinera puede tener hasta 11.000 veces más gérmenes y bacterias que nuestro retrete. ¡Casi nada!
Al final, se trata de un elemento que muchas personas tocan a diario y que, por desgracia, no tienen el mantenimiento y limpieza adecuado. Por ese motivo, las mangueras de los surtidores de combustible están llenas de gérmenes y bacterias, por lo que si repostamos sin usar algún tipo de protección esos gérmenes llegan a nuestras manos y ropa. Por ello, conviene utilizar algún tipo de protección y lavarse las manos posteriormente para evitar contaminarse, si bien hay algunas soluciones mejores que otras.
La más extendida es el uso de los guantes desechables de plástico que facilitan casi en todas las gasolineras. Su utilización evita el contacto directo durante el repostaje, aunque hay que tener cuidado de quitarse los guantes de manera correcta para evitar contaminaciones. Y aunque también sirven para evitar que el olor del combustible se impregne en la piel, lo cierto es que no deja de ser una solución que tiene su lado negativo. Al final, los guantes de plástico tardan mucho en descomponerse si no se eliminan correctamente, liberando microplásticos y otras sustancias tóxicas.
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Aunque existen guantes biodegradables y cada vez son más las estaciones de servicios que apuestan por esta propuesta, hay una solución menos contaminante y más ecológica. Se trata de los guantes de silicona para repostar. Su precio es ridículo, no llega al euro en una de las plataformas de venta online más conocidas y se puede reutilizar tantas veces como queramos. Su diseño en silicona permite que se pueda lavar y eliminar los gérmenes con agua y jabón. Además, tienen un imán que permite guardarlo dentro de la tapa del depósito de combustible, por lo que ni siquiera hay que introducirlo dentro del coche.
El uso de estos guantes de silicona para echar combustible, con una correcta limpieza, es una solución muy práctica y económica para poder repostar sin tocar la manguera de combustible durante un gran número de veces. Además, este artilugio está disponible en una gran variedad de colores, por lo que incluso podemos comprar uno de estos guantes de silicona del mismo color que tenga la carrocería de nuestro coche y así llevar este práctico guante a juego.
El artículo El invento de menos de un euro que cambiará la manera en la que echas gasolina fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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