Tres galaxias monstruosas rojas han sido captadas por el telescopio espacial James Webb y podrían reescribir la historia primigenia del universo

Si hay algo que define a la ciencia es la capacidad de estar continuamente persiguiendo la verdad y planteándose si las normas que rigen el mundo, y por extensión el universo, pueden ser modificadas para incluir nuevos conocimientos. En este caso, gracias al trabajo de un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Ginebra, se han conseguido identificar tres galaxias ultragrandes, que se crearon en los primeros mil millones de años tras el Big Bang.

Tres monstruos rojos que nos vigilan desde los inicios de los tiempos

El estudio, publicado en la revista científica Nature, desafía los modelos que se conocían hasta la fecha en materia de formación galáctica y ha sido posible gracias a la inestimable ayuda del telescopio espacial James Webb y un programa conocido como JWST FRESCO. Este programa está analizando las denominadas galaxias de línea de emisión, que son mostradas con líneas brillantes en ciertas longitudes de onda y que destacan frente un fondo más oscuro.

Han sido las líneas de emisión las que han permitido a los investigadores poder establecer la localización de las galaxias protagonistas del estudio. Gracias a esta localización y a las propias líneas de emisión, los científicos pudieron medir la cantidad de estrellas en el interior de cada galaxia con la que se topaban por el camino, destacando tres por encima del resto en contenido estelar.

El profesor Stijn Wuyts, perteneciente a la Universidad de Bath en el Reino Unido, ha hablado en un reciente comunicado publicado en EurekAlert acerca de este descubrimiento, asegurando que:

Encontrar tres bestias tan masivas entre la muestra plantea un rompecabezas tentador. Muchos procesos en la evolución galáctica tienen tendencia a introducir un paso limitado en cómo de eficiente el gas puede convertirse en estrellas, aunque de alguna manera estos Monstruoso Rojos parecen haber evitado rápidamente estos obstáculos.

Para que te hagas una idea, siempre se ha creído que la formación galáctica se iniciaba con grandes anillos de materia oscura, capaces de capturar gas, con sus átomos y moléculas. Se creía que alrededor de un 20% del gas atrapado se convertía en estrellas, aunque esta nueva investigación asegura que este ratio podría ser mucho más rápido.

Gracias a la ayuda del telescopio espacial James Webb, concretamente de su Cámara de Infrarrojo Cercano, se ha podido llevar a cabo un proceso que se conoce como espectroscopia sin rendija y que permite capturar la luz en todas sus longitudes de onda, lo que favorece la medición de distancias y características de las galaxias. En este caso, las tres galaxias monstruosas rojas se pueden comparar en masa con la Vía Láctea y son capaces de formar estrellas el doble de rápido que galaxias de su misma época.

Este hallazgo no rompe con el actual modelo cosmológico estándar, pero sí se hace preguntas acerca de las teorías existentes en la formación de galaxias. Por ejemplo, ahora se plantea una nueva vía de exploración de aquellas galaxias primigenias muy masivas y muy pobladas de estrellas. El profesor Stijn Wuyts acaba afirmando:

Esto es lo que es tan genial de la astronomía, estamos constantemente siendo sorprendidos con nuevos descubrimientos. Ya en sus primeros años de operaciones, el James Webb nos ha lanzado un par de bolas curvas (término que hace alusión al beisbol). En más de un sentido, nos ha mostrado que algunas galaxias maturan rápidamente durante los primeros capítulos de la historia cósmica.

El artículo Tres galaxias monstruosas rojas han sido captadas por el telescopio espacial James Webb y podrían reescribir la historia primigenia del universo fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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