Xi Jinping quiere mantener una relación cordial, y hasta buena, con el nuevo Gobierno de Estados Unidos. O por lo menos eso es lo que afirmaba el dirigente chino, que lleva más de una década en el poder, poco después de que se conociese la victoria de Donald Trump en las recientes elecciones estadounidenses. En concreto, en un comunicado en el que remarcaba su intención de dar inicio a «una relación estable, saludable y sostenible» en las relaciones bilaterales «que redunde en beneficio de ambos países» y de la comunidad internacional. Toda una declaración de intenciones. Pero hasta ahí; porque lo esperable para la mayoría de analistas políticos y de negocio es que las tensiones entre las dos grandes potencias aumenten todavía más con el retorno del republicano a la Casa Blanca. Y todo indica que la inteligencia artificial (IA) y la robótica jugarán un papel todavía más crucial en este enfrentamiento dentro del plano tecnológico; porque el liderazgo mundial a nivel económico y militar hasta puede depender de ello.MÁS INFORMACIÓN noticia No China enciende el mayor parque solar marino del mundo«Esta carrera (la de la IA) va a ser la nueva versión de la carrera espacial del siglo pasado. El problema es que en el siglo XX la meta era llegar a la Luna, ahora, con los algoritmos de inteligencia artificial, el objetivo concreto no está tan claro. Probablemente el vencedor lo marcará la cuota de mercado que consigan las empresas de cada país. En este caso, de todos modos, da igual que hubiese ganado Kamala Harris las elecciones, en resultado en la competencia por la IA hubiese sido la misma», explica en conversación con ABC Juan Ignacio Rouyet, consultor senior en la empresa de estrategia tecnológica Eraneos y profesor en la Universidad Internacional de La Rioja. El auténtico oro de la IAEstados Unidos y China llevan más de una década intentando estrangularse a nivel tecnológico. En el país asiático no hay ni rastro de ninguna de las grandes redes sociales occidentales, y tampoco de Google. Mientras tanto, Washington lleva tiempo dando pasos para prohibir el uso de TikTok en todo su territorio, algo que podría concretarse de forma definitiva a inicios de 2025. El país norteamericano también ha dedicado muchos esfuerzos durante los últimos años a evitar que firmas afincadas en el estado asiático puedan acceder al auténtico oro de la inteligencia artificial: los chips informáticos avanzados. Imprescindibles para que herramientas tipo ChatGPT respondan bien (o más o menos bien) a todas las consultas que reciben de los usuarios. Desde octubre de 2022, las tecnológicas afincadas en China no pueden acceder a esta tecnología, en su versión más puntera, a través de firmas estadounidenses. Y la administración de Joe Biden también se ha esforzado para dificultar que el gigante asiático pueda importarla desde otros países, como Japón, Taiwán o Países Bajos. El nuevo gobierno de Trump, con total probabilidad, intentará elevar todavía más la muralla para que los chips sean cada vez más inaccesibles para Pekín. «Hay un melón fantástico en ciernes», afirma en conversación con este diario José Luis Casal, analista de negocio digital y colaborador de numerosas empresas tecnológicas: «Trump no es liberal, sino un tipo superconservador y proteccionista. No cabe duda de que hará todo lo posible para frenar todavía más las exportaciones. Espero muchas restricciones en materia de IA».El experto, además, llama la atención sobre el efecto que puede tener Elon Musk, futuro responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental , en las futuras decisiones que tome el presidente electo: «Su papel en la administración podría facilitar la eliminación de regulaciones que obstaculicen el desarrollo tecnológico en Estados Unidos, lo que daría ventaja a las empresas del país y, seguramente, molestaría a China provocando tensiones geopolíticas».Sea como sea, Washington no se conformará con dificultar, cada vez más, el acceso a los chips y con alentar la innovación de puertas para adentro. El próximo mes de enero entrarán en vigor nuevas restricciones , elaboradas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que impedirán a los capitalistas de riesgo del país invertir en grandes y prometedoras empresas de desarrollo de inteligencia artificial chinas. Pekín, mientras tanto, intenta frenar los efectos de estas medidas favoreciendo a sus tecnológicas, que ya se afanan para ser autosuficientes y contar con sus propios chips avanzados. La china ByteDance, matriz de TikTok, ha estado colaborando con el diseñador de chips estadounidense Broadcom en el desarrollo de chips de esta clase, según informaba Reuters el pasado junio. Algo que, probablemente, dejará de ser posible cuando lleguen nuevas prohibiciones. El mismo medio apuntaba ayer que Huawei, firma que tiene prohibido acceder a cualquier tecnología del país norteamericano, planea comenzar a producir en masa su chip de inteligencia artificial más avanzado en el primer trimestre de 2025. Y en las mismas andan otros gigantes del país asiático, como Baidu o Alibaba. Porque China no se va a rendir a pesar de los obstáculos, ni a la hora de desarrollar soluciones como ChatGPT –el país ya cuenta con varias que están sometidas por ley al control de Pekín– ni a la de aprovecharse de todas las oportunidades que ofrece la tecnología. Y aquí también hay hueco para los coches autónomos, que ya circulan ampliamente por las ciudades chinas, o los robots; sobre todo para los humanoides. Esos que tienen cuerpos y extremidades parecidos a los de una persona real y que prometen cambiar por completo.Como humanosLlevar la voz cantante en el desarrollo de humanoides es capital para China y sus tecnológicas. El año pasado, el Gobierno lanzó un plan destinado a que las empresas del país comiencen a producir este tipo de dispositivos en masa a partir de 2025 y anunció inversiones de miles de millones. Y las firmas del país están tomando nota. Así quedó claro en la World Robot Conference celebrada en Pekín el pasado mes de agosto, feria en la que cerca de 30 compañías del país estuvieron mostrando robots de esta clase diseñados para trabajar en fábricas y almacenes. Gracias a su uso se pueden salvar problemas de mano de obra y, evidentemente, también hacer negocio. Y del bueno.En enero, Goldman Sachs pronosticó que el mercado mundial anual de robots humanoides alcanzaría los 38.000 millones de dólares en 2035, con casi 1,4 millones de dispositivos de esta clase operando. También remarcaba que los costes de producción están descendiendo rápidamente.Humanoides desarrollados por la empresa china Ex-Robots reuters«De aquí a cinco años se va a dar un avance grandísimo (en este campo)», explicaba hace unos días en conversación con este diario Omar Hatamleh , asesor jefe de inteligencia artificial de la NASA. «Los robots están siendo combinados con inteligencia artificial, pero todavía hay problemas que se deben salvar (antes de que se democraticen), como aspectos éticos y de regulación», afirmaba también el experto.Si en la carrera de la IA Estados Unidos todavía le saca unas cuantas cabezas a China, forzada a hacer más con menos, en robótica el enfrentamiento cae del lado de Pekín. Son los líderes incontestables a la hora de poner máquinas de esta clase en la fábricas, con una cuota de mercado actual del 47%, según la Federación Global de Robótica .El robot Optimus de TeslaPero en Estados Unidos no se rinden. La Tesla de Elon Musk se afana para comenzar a producir a gran escala su primer humanoide, que recibe el nombre de Optimus . Mientras tanto, OpenAI está invirtiendo fuerte en Figure, una startup que ya cuenta con un robot con brazos, cabeza y piernas, llamado Figure 01 , que es compatible con la tecnología de ChatGPT. Esto permite que la máquina sea capaz de mantener conversaciones con el usuario e, incluso, de razonar con él.Europa, por detrásMientras China y Estados Unidos han apostado por permitir que sus empresas puedan desarrollar la IA sin ponerles demasiados obstáculos, la Unión Europea lo ha hecho por regular los casos de uso de la tecnología en función de su peligrosidad y establecer límites a las tecnológicas. Algo que, de acuerdo con varios analistas, puede dañar la capacidad de las empresas afincadas en territorio comunitario a la hora de competir con las dos grandes potencias. «Tristemente no parece que la UE vaya a estar lista para la carrera y para entrar a competir», señala Rouyet.El consultor senior de Eraneos apunta, además, «que tecnológicamente Europa no está al nivel y no tenemos la capacidad y, probablemente, tampoco el conocimiento». En la misma línea se mueve el analista de negocio digital José Luis Casal: «O reaccionamos rápido o nos vamos a quedar muy atrás en tecnología. Yo siempre digo que vamos a acabar siendo un buen parque temático para que la gente venga a hacer turismo». Y no le falta razón. El pasado mayo el Tribunal de Cuentas de la UE avisaba de que «la inversión privada en IA ha sido menor (en Europa) que en otras regiones mundiales que lideran este campo desde 2015». Asimismo, desatacaba que la brecha global de inversión en esta tecnología entre los Estados Unidos y la UE «se duplicó con creces entre 2018 y 2020 (la UE quedaba a la zaga en más de 10.000 millones de euros)».«En la carrera de la IA, existe el riesgo de que el ganador se quede con todo. Si la UE desea alcanzar su ambición, la Comisión Europea y los Estados miembros deben aunar fuerzas de manera más eficaz, acelerar el ritmo y liberar el potencial de la UE para triunfar en esta importante revolución tecnológica en curso» afirmó el miembro del Tribunal de Cuentas Mihails Kozlovs a este respecto.Sergio Álvarez-Teleña, CEO y cofundador de la empresa de IA SciTheWorld , señala a este periódico que espera que, al menos, Europa comience a dar «más oportunidades y confianza al talento» comunitario: «Seguimos dándole negocio a empresas que no son nuestras y mientras tanto seguimos sin desarrollar nuestra propia tecnología».
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