La Vía Láctea podría ser el matón de nuestra región del universo: se ha descubierto que habría robado material cósmico de nuestros vecinos

Antes de nada, déjanos ponerte en situación. La Vía Láctea, si hablamos del vecindario cósmico, cuenta con algunos compañeros de viaje a su alrededor. Hablamos, como no, de galaxias como la Pequeña Nube de Magallanes, conocida con las siglas SMC, y la Gran Nube de Magallanes, apodada LMC. Son mucho más pequeñas que nuestra galaxia, por ejemplo la LMC tiene un 10% del tamaño de la Vía Láctea, y están influenciadas por su gravedad.

Habitualmente, las galaxias cuentan con una gran concentración de estrellas en su centro y con menos estrellas a medida que nos acercamos a su borde. Pero las galaxias no acaban en el borde, sino que cuentan con un halo de gas que se extiende más allá de lo que podemos ver. Y es aquí donde parece que hemos cometido un acto deleznable.

Nuestra galaxia roba material a galaxias más pequeñas

Recientemente, en un artículo publicado en la revista científica The Astrophysical Journal Letters que ha utilizado observaciones realizadas por el telescopio espacial Hubble, hemos podido comprobar cómo parece que la Vía Láctea no ha sido buena compañera de viaje cósmico en el pasado. Se ha observado que el halo de la Gran Nube de Magallanes es hasta diez veces más pequeño que el de galaxias que tienen su masa.

Esto podría sugerir que se ha producido algún incidente en el pasado y que la Vía Láctea ha actuado como un matón galáctico, despojando de parte de su material a la pobre LMC. Andrew Fox, en declaraciones publicadas en la página web de la NASA, asegura que:

El LMC es un superviviente. A pesar de perder mucha parte de su gas, aún tiene el suficiente para continuar formando nuevas estrellas. Así que las regiones de formación de neuvas estrellas aún pueden ser creadas. Una galaxia más pequeña no habría aguantado. No le quedaría gas, simplemente sería una colección de estrellas rojas envejeciendo.

Parece que el responsable del robo habría sido el propio halo de la Vía Láctea. Eso sí, según explica Sapna Mishra, autora principal del estudio, «la Gran Nube de Magallanes es capaz de retener un 10% de su halo, debido a su alta masa». Tanto es así, que la LMC ha podido conservar lo que se ha denominado una «burbuja compacta» de su material original, básico para la formación de nuevas estrellas.

Este descubrimiento ha sido posible gracias a la habilidad del telescopio espacial Hubble a la hora de detectar longitudes de onda ultravioleta. A través de la luz de fondo de 28 cuásares, que actuaron a modo de faros en el inmenso cosmos, el halo de la Gran Nube de Magallanes pudo ser observado de manera indirecta. Fue la absorción de la luz de fondo de los cuásares como se supo el tamaño de este halo galáctico.

Tal y como solemos contarte en este tipo de noticias de astronomía, poco a poco vamos teniendo más conocimientos acerca del universo y, en este caso, acerca de las dinámicas entre galaxias y qué tipo de variables entran en juego durante su evolución. El próximo reto será conseguir observar el halo de la Gran Nube de Magallanes desde otro ángulo. Scott Lucchini, coautor de la investigación, asegura:

En este nuevo programa, vamos a investigar cinco líneas de visión en la región donde el halo de la LMC y el halo de la Vía Láctea colisionan. Esta es la localización donde los halos están comprimidos, como dos globos empujándose entre ellos.

El artículo La Vía Láctea podría ser el matón de nuestra región del universo: se ha descubierto que habría robado material cósmico de nuestros vecinos fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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