Los primeros cables USB aparecieron en 1996 como parte del estándar Universal Serial Bus, un grupo formado por varias empresas tecnológicas importantes como Intel, Microsoft o IBM. El objetivo era simplificar la conexión y comunicación entre los diversos dispositivos electrónicos, ya que hasta el momento era habitual encontrar distintos tipos de conectores y contar con cables de distintos tipos en casa.
Si bien las versiones más «primitivas» ofrecían velocidades de transferencia bastante bajas, con el tiempo mejoraron este punto y, actualmente, son capaces de alcanzar hasta 40 Gbps gracias al estándar USB4. Además, hace 10 años, en el 2014, apareció el USB-C, con un diseño más pequeño y reversible que también vino acompañado de otras tecnologías como Power Delivery (PD) y Thunderbolt.
Aunque todos los cables USB parecen iguales, a pesar de que su diseño puede variar según colores y materiales, no todos ofrecen las mismas características. Algunos solo permiten carga de dispositivos, mientras que otros también ofrecen transmisión de datos. Y los peores están cargados con hardware malicioso para infectar o espiar a los usuarios. Identificarlos no es fácil, pero te contamos algunos trucos para conseguirlo.
Cómo identificar cables USB maliciosos
A simple vista, saber si un cale USB es seguro o no es muy complicado; casi imposible. Su escaneo ha resultado ser una de las mejores técnicas para identificarlos. La empresa Lumafield ha desarrollado métodos de escaneo 2D y 3D de un cable O.MG USB-C, que es conocido por ser un cable pirateado en cubierto para investigación.
En él se puede ver que cuenta con un servidor Wi-Fi y un registrador de teclas en el conector USB-C. La imagen de rayos X en 2D puede identificar la antena y el microcontrolador del cable, pero solo la tomografía computarizada en 3D puede revelar otra banda de cables conectados a un troquel apilado encima del microcontrolador del cable. Si estás interesado en el tema, puedes visualizar un modelo 3D del escaneo tú mismo.
De este modo, para un usuario normal y corriente resulta imposible saber si un cable USB es seguro a menos que utilice un escáner CT 3D, comúnmente conocido como máquina de rayos X. Así que si no eres personal sanitario autorizado para su uso, queda fuera del alcance de la mayoría de personas del mundo.
A pesar de que los fabricantes incorporan cada vez menos accesorios en las cajas de sus productos, el cable sigue siendo de los pocos que ofrecen, por lo que conviene utilizarlos, ya que se espera que sean de fiar. No tiene pinta de que Apple, Samsung, Xiaomi u otras marcas vayan a proporcionar cables USB-C maliciosos para poner en riesgo la seguridad de sus clientes (al menos, no hay casos documentados).
Si por algún motivo tienes que adquirir un cable USB nuevo para un dispositivo concreto, lo más seguro es optar por los que ofrecen las marcas en sus tiendas oficiales o proveedores autorizados. De no ser posible, o buscar alternativas más económicas, conviene acudir a fabricantes reputados. Anker, Belkin y UGREEN se han ganado el beneplácito del público por sus productos de buena calidad.
Otra posibilidad es usar el detector de cables maliciosos de O.MG. Por 39,99 dólares (gastos de envío aparte), este pequeño adaptador es capaz de identificar todos los cables USB maliciosos. Además, funciona como bloqueador de transmisión de datos para una carga más segura.
Los adaptadores de bloqueo de transmisión de datos también son una opción interesante. En Amazon hay varios modelos disponibles. Su función es simple: solo permiten la carga del dispositivo, por lo que son una herramienta interesante para evitar hackeos. Son muy útiles, por ejemplo, si se acostumbra a recargar el teléfono en puntos de carga públicos, que se han vuelto muy populares en centros comerciales, parques, etc.
El artículo No todos los cables USB son lo que parecen. Algunos son muy peligrosos. Así puedes identificarlos fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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