Algo se empezó a torcer a partir de 2010. Las tasas de depresión y ansiedad entre adolescentes se dispararon un 50%. Las de suicidio lo hicieron en un 32%. Los miembros de la generación Z —nacidos a partir de 1996— empezaron a padecer ansiedad, depresión y otros trastornos mentales, alcanzando niveles más altos que cualquier otra generación en la historia. Uno de cada 10 niños y jóvenes —o lo que es lo mismo, 293 millones en todo el mundo— empezaron a desarrollar un trastorno mental, según un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry. Los datos son claros, los motivos no tanto.
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