Dime que no recuerdas una época, ya sea que la hayas vivido o la hayas visto en reportajes o películas antiguas, donde compañías de automóviles como Mercedes o Jaguar impulsaban la exclusividad de su marca en factores como, por ejemplo, la presencia de una estrella o un animal desbocado en el capó del vehículo. Desde hace décadas, estos ornamentos casi han pasado a mejor vida y todo tiene un motivo de peso.
La progresiva eliminación de los adornos en los capós de los coches
En los inicios de la automoción, muchos vehículos incorporaban las tapas del radiador en la parte exterior del coche, para que el conductor pudiese conocer la temperatura de este elemento del sistema de refrigeración. Dado que su presencia era poco elegante, varias compañías comenzaron a disfrazarlas con emblemas muy reconocibles con el paso del tiempo. Así es como se inició la fiebre por la decoración de los capós de los coches.
A medida que el diseño de los vehículos de cuatro ruedas fue avanzando, el propósito real de estos ornamentos fue perdiéndose, quedando únicamente una decoración que pasó a ser seña de identidad de muchas compañías. De hecho, hoy en día, a pesar de que no es habitual su integración en los vehículos, empresas como Rolls-Royce y Bentley aún conservan sus legendarios emblemas.
Para conocer los motivos que llevaron a la eliminación de estos adornos, podemos acudir a la página web del Museo del Automóvil Auburn Cord Duesenberg, donde se explica cómo en la década de 1960 los expertos en seguridad vial de Estados Unidos comenzaron su lucha en favor de la eliminación de estos emblemas, dado los peligros que implicaban. En Europa, incluso se hablaba del peligro de estas figuras en golpes a peatones.
Años más tarde, según los coches aumentaban su potencia y su velocidad, los fabricantes empezaron a tener en cuenta factores como la aerodinámica para construir sus vehículos. Se descubrió que algunos distintivos en el capó afectaban al consumo de gasolina, con lo que empezaron a deshacerse de ellos. A inicios del siglo XXI, los adornos comenzaron a ser pasto de los robos, con lo que marcas como Cadillac o Mercedes-Benz decidieron rediseñar sus emblemas e integrarlos de otra manera en la carrocería.
Sin embargo, compañías como Bentley o Rolls-Royce, que aún apuestan por distinguirse en este ámbito, continúan demostrando que sus adornos son todo un símbolo de estatus. Es por ello que, para evitar pérdidas aerodinámicas, peligros en la carretera o robos, en la actualidad cuentan con la posibilidad de ocultar estos distintivos en el interior del capó.
La realidad es que los coches cada vez son vehículos más minimalistas, tanto en el interior como en su diseño exterior, rompiendo la tradición dejada por los diseñadores de vehículos como los que te dejamos bajo estas líneas, que presentaban no solo increíbles capós, sino también algunos de los emblemas más bonitos y lujosos que jamás hallamos visto.
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Ahora, tenemos que conformarnos con logotipos de extrañas y abstractas formas en la parte delantera y con capós que ya no ocultan motores, sino que también, en algunos casos, pueden integrar incluso pequeños maleteros, como es el caso de algunos coches eléctricos. ¿Qué dirían los primeros fabricantes si viesen la evolución de diseño de los coches?
El artículo Por qué los coches dejaron de tener adornos sobre el capó. La respuesta no tiene que ver nada con los robos fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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