Regulación frente a prohibición

El Center for European Policy Analysis (CEPA), un think tank norteamericano en el que soy Senior Fellow, ha publicado un artículo basado en otros míos anteriores, en el que detallo cómo la aproximación europea a la regulación de plataformas chinas como TikTok, Shein o Temu, basada en la regulación, puede terminar a medio y largo plazo por ser superior a la aproximación de prohibición y obligación a la venta que los Estados Unidos han optado por tomar (y que ya veremos si logran culminar, considerando que la compañía afectada ha elevado el caso a los tribunales).

El artículo se titula «Ban Chinese platforms? No, Europe regulates them«, y es un intento de reflexión sobre las posibilidades de poner bajo control los efectos negativos que generan esas plataformas, considerando que, por un lado, los países democráticos no deberían comportarse como lo hacen los regímenes autocráticos y que, por otro, la irresponsabilidad y los efectos perjudiciales no son en absoluto una.exclusiva de las plataformas chinas: hay plataformas norteamericanas que generan efectos igualmente perniciosos y que deben caer igualmente bajo similares aproximaciones regulatorias. No está en absoluto claro que TikTok haya supuesto para los ciudadanos europeos un nivel de agresión a sus derechos fundamentales mayor con respecto al que puede haber supuesto, por ejemplo, Meta, a lo largo del tiempo.

En ese sentido, paquetes legislativos de naturaleza dinámica, como la Digital Services Act (DSA), que afectan por igual a todo competidor, independientemente de su origen, a partir de unas dimensiones determinadas que le permiten definir la categoría en la que compite, y que son susceptibles de imponer multas de cuantía muy elevada y definitivamente disuasoria, son susceptibles de convertirse en una forma más adecuada de sentar las bases de lo que la Unión Europea considera que se puede y no se puede hacer, y de preservar de manera más clara los derechos de sus ciudadanos.

¿Es suficiente con eso? ¿Es la DSA suficientemente contundente? Mi impresión es que no, y que debería no solo convertirse en una herramienta regulatoria capaz de ser utilizada para detener muchos más tipos de abuso, sino además diferenciar claramente cuando una compañía es perfectamente consciente de los efectos que va a tener un producto o servicio, pero aún así prefiere exponerse a una multa con el fin de seguir ganando dinero. En los casos de compañía que, como Meta u otras, manifiestan un absoluto desprecio a la regulación y lo hacen de manera reiterada, las sanciones deberían ser muchísimo más fuertes, y eventualmente llegar a la prohibición de actividades o a las sanciones personales a los directivos a cargo de dichas decisiones. Pero en cualquier caso, parece mejor camino que simplemente prohibir algo en función de su origen.

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