La insaciable sed energética de la inteligencia artificial (IA) sigue poniendo a prueba las infraestructuras mundiales. El Departamento de Energía de EE UU publicó en diciembre un informe con previsiones que dejan cortas las que anteriores estimaciones: el consumo de los centros de datos, las instalaciones repletas de procesadores en las que se entrenan los modelos, se alojan los datos y se ejecutan los cálculos que hacen posible las herramientas de IA, se ha triplicado durante la última década y se volverá a triplicar hasta 2028. Según sus proyecciones, la cantidad de electricidad que necesitarán será de como mínimo 325 teravatios hora (TWh), es decir, más de la que consumen en un año países enteros como España (246 TWh), Reino Unido (287 TWh) o Italia (298 TWh).
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