Si existen esperanzas de avanzar como una civilización que se extienda más allá de nuestro planeta, será el programa Artemis de la NASA el que dé el pistoletazo de salida a la conquista del espacio exterior. Sabemos cómo serán los trajes espaciales que lucirán los astronautas que, en un futuro, volverán a pisar la Luna, pero, ¿qué me dices de las botas que tocarán en primer lugar la superficie del satélite?
Botas espaciales y especiales para los astronautas del programa Artemis
El momento en que volvamos a poner un pie en la Luna, quedará grabado a fuego en la retina de millones de personas alrededor del mundo. Dado que la misión Artemis III se encargará de llevar a los astronautas al Polo Sur de nuestro satélite, desde la NASA llevan años pensando en cómo podrán soportar las adversas condiciones que allí se encontrarán. Estamos hablando de temperaturas que pueden descender hasta los -223º C, con lo que los trajes espaciales deberán estar diseñados para ser muy resistentes.
Investigadores de la Universidad de Dakota del Norte, en un artículo publicado en el medio The Conversation, nos invitan a conocer qué secretos deberían esconder las botas que los astronautas de la misión Artemis III lleven puestas en el momento del alunizaje. Caminar sobre la Luna requiere de un entrenamiento previo intensivo, pero también de equipamiento adecuado. En este caso, las botas deberán ser capaces de soportar las condiciones adversas del Polo Sur lunar.
Te hemos comentado el frío que impera en esta región del satélite, con lo que lo primero que se ha tenido que solucionar es cómo mantener calientes los pies durante las actividades extravehiculares. Según el documento de la NASA, donde se describen los requerimientos técnicos de las futuras botas, estas deberían incluir una lámina rígida térmica, dentro de la suela y que no resulta flexible, para poder mantener la temperatura del pie.
Sin embargo, aquí es donde aparece un problema de índole médica, dado que la rigidez de la bota restringiría el movimiento natural del pie, concretamente de la articulación metatarsofalángica. Es decir, hablamos de la unión entre las falanges y los metatarsos. Como en nuestro pie se produce lo que se conoce como mecanismo de windlass, que, básicamente, nos permite caminar, si las botas son rígidas, este movimiento no sucedería, con lo que los astronautas tendrían un serio problema.
Si las actividades extravehiculares solamente suceden durante unos minutos, el problema no tendría mayor recorrido. Sin embargo, si queremos establecer colonias en la Luna, este es uno de los asuntos a los que deberíamos prestar atención, para que los astronautas no desarrollen dolencias relacionadas con unas botas mal diseñadas. Aquí es donde entrarían los kinesiólogos, expertos en la movilidad del cuerpo humano, que conocen de sobra cómo una lesión en las articulaciones inferiores puede desencadenar otras patologías en articulaciones que se encuentran por encima.
Es por ello que es tan importante el diseño de trajes espaciales, botas o elementos complementarios de las misiones, como el estudio de cómo el cuerpo de los astronautas puede verse afectado por el entorno lunar. Por ello, conocer sus necesidades permitirá diseñar trajes y botas mucho más acordes a una futura exploración espacial sin lesiones ni contratiempos.
El artículo Los astronautas de la misión Artemis de la NASA necesitan mejores botas y hay una buena razón para ello fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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