Desde hace algunos años, una compañía estadounidense está jugando con la posibilidad de que animales extintos regresen a la vida de la mano de la ciencia. Por el momento, sus afirmaciones aún no tienen ninguna demostración fidedigna que nos invite a emocionarnos más de la cuenta. Sin embargo, una nueva ronda de financiación y las declaraciones de su CEO vuelven a poner en primera plana a la empresa genética.
Nuevos apoyos a la causa de Colossal Biosciences
Colossal Biosciences ha conseguido casi 200 millones de euros en una nueva ronda de financiación, en la que ha destacado en apoyo de la compañía TWG Global. La nueva inyección de capital es una bocanada de aire fresco para una empresa que, según lo que se publica en su página web, tiene la intención de devolver a la vida a especies extintas como el mamut lanudo, el dodo o el tigre de Tasmania.
Hasta el momento, la empresa ha conseguido recaudar alrededor de 400 millones de euros en financiación externa, que han logrado incrementar el valor de Colossal Biosciences hasta los 10.000 millones de euros. En el comunicado de la empresa estadounidense, se aclara que el nuevo capital se utilizará:
Para continuar avanzando en sus tecnologías de ingeniería genética, mientras son pioneros en un nuevas y revolucionarias soluciones de software, wetware y hardware, que tienen aplicaciones más allá de la desextinción, incluyendo la preservación de especies y el cuidado de la salud del ser humano.
Ben Lamm es el CEO de la compañía y ha asegurado que el apoyo de los inversores está siendo fundamental para crecer «tan rápido y tan eficientemente como es posible». Además, asegura que «esta financiación hará crecer nuestro equipo, apoyará el desarrollo de nueva tecnología y expandirá nuestra lista de especies a desextinguir, mientras que nos continuará permitiendo llevar adelante nuestra misión para hacer de la extinción una cosa del pasado».
Entre los proyectos que tiene entre manos Colossal Biosciences, destaca el que se centra en la figura del tigre de Tasmania, un animal que se enmarca dentro del género extinto de marsupiales carnívoros conocido como thylacinus. Se podría pensar en la necesidad de un utero de otro animal para dar a luz a una nueva generación de esta especie, pero en la compañía norteamericana parece que tienen otros planes.
En este caso, según las declaraciones de Ben Lamm al medio IFLScience, sabemos que no solo se ha conseguido crear un útero artificial, sino que también se ha logrado fertilizar un embrión unicelular de un marsupial hasta la mitad del embarazo. El CEO de la empresa asegura:
Es sistema es mucho más sofisticado que cualquier dispositivo existente, con microfluidos y gas modulados con precisión, que nos permiten controlar el entorno en el que está creciendo el embrión, de una manera muy precisa. También nos permite obtener imágenes del embrión según se desarrolla para asegurarnos de que todas la etapas del desarrollo son alcanzadas.
Ben Lamm, incluso se atreve a asegurar que este dispositivo no solo será clave para el proceso de desextinción, sino también para la conservación de especies actuales del planeta. El útero artificial podría permitir engendrar especies amenazadas a partir de células preservadas en biobancos.
Si te preguntas el motivo por el que se ha seleccionado a los marsupiales para comenzar a experimentar con el útero artificial, la razón descansa en que su período de gestación es más corto que el de otras especies, menor a dos semanas. Falta por sortear obstáculos como las demandas nutricionales del embrión en las distintas fases, pero parece posible que el útero creado en Colossal Biosciences pueda ser pieza fundamental en el futuro de la naturaleza.
El artículo El tigre de Tasmania pronto podría estar de nuevo entre nosotros gracias a esta empresa genética. La extinción de animales será cosa del pasado fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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