En 2004, los Archivos Nacionales británicos desclasificaron información militar correspondiente a la década de 1950. Los historiadores, ávidos de saber más sobre una época en la que Reino Unido embarcaba en una guerra fría contra el “Telón Acero” encontraron para sorpresa información muy interesante, casi delirante sobre un proyecto llamado ‘Blue Peacok’. Este quería poner minas nucleares en Alemania que funcionaban gracias a parvadas de pollos.
Tras acabar la Segunda Guerra Mundial el armamento nuclear entre las potencias se convirtió en una prioridad absoluta. Todos los que se llamaban así mismo “grandes países” necesitaban estas armas. Así fue como Estados Unidos, URSS, Reino Unido, Francia y luego países como China, La India y Pakistán adquirieron sus bombas atómicas y luego nucleares, ya que ambas tienen diferencias.
Una parvada de gallinas se encargaría de mantener el dispositivo estable
No obstante, eso solo fue el principio en el marco de la guerra fría. Aparte de los misiles balísticos con ojivas atómicas, los países buscaron otros métodos de aplicar la energía nuclear en el ejército. Así fue como se desarrollaron submarinos y navíos propulsados por este tipo de energía. Ahora bien, no fue lo único. Los ingenieros trabajaron a fondo y construyeron cañones que podían disparar proyectiles atómicos. En Reino Unido incluso se diseñaron minas de este tipo, al estilo de las que se usaron en la Primera Guerra Mundial para destruir posiciones fortificadas.
En la década de 1950 el mundo se estaba embarcando en la Guerra Fría y eso quería decir una posible Tercera Guerra Mundial contra la URSS. Los aliados occidentales sabían que el Ejército Rojo tendría capacidad para llegar a los Pirineos en apenas 10 días si se lo proponían. Por eso mismo se quiso detener este ataque usando armas nucleares. En una Alemania dividida y repartida entre las potencias ganadoras, Reino Unido aprobó el plan ‘Blue Peacok’ que se basaba en minar la llanura alemana para impedir que las puntas de lanza soviéticas atravesaran ese territorio con sus carros de combate.
La idea era que el estallido de estas minas rompiera la cohesión de las unidades soviéticas. Ahora bien, había un problema que superar. En Alemania el frío era una amenaza en pleno invierno. Se sabía que las bajas temperaturas afectarían a los medios de control y los mecanismos internos de las minas, que deberían ser activadas mediante largos cables. el objetivo entonces era mantener una temperatura estable dentro de la mina ¿cómo hacerlo? Algunos propusieron «arropar» los dispositivos con mantas térmicas. Otros tuvieron una idea mejor: usar gallinas dentro de la mina.
«Chicken-powered nuclear bomb»
Blue Peacock, renamed from Blue Bunny and originally Brown Bunny, was a British tactical nuclear weapon project in the 1950s. The project’s goal was to store a number of ten-kiloton nuclear land mines in Germany, to be placed on 1/ pic.twitter.com/JChVkbtdSk
— Luigi Ruffolo (@_luigiruffolo) March 29, 2022
Como seres vivos que somos ellas y nosotros emitimos calor con nuestra actividad. Sabiendo esto, los militares de Reino Unido pensaron que si introducían dentro de las minas agua y comida para una semana podrían meter gallinas que vivieran allí y mantuvieran una temperatura estable. Así, cuando hubiera que activar las minas los dispositivos funcionarían a la perfección.
Cuando los archivos se desclasificaron en 2004, el responsable de cultura del gobierno tuvo que salir a dar una rueda de prensa para desmitificar que se tratara de algún tipo de «broma». Según sus palabras: «parece una broma del Día de los Inocentes, pero desde luego no lo es. La Administración Pública no hace bromas». Así que estamos ante lo que sería la bomba atómica más extraña de la historia de la humanidad.
El artículo La bomba nuclear más extraña la tuvo Reino Unido: para funcionar necesitaba gallinas en su interior fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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