La Liberator fue la primera arma creada mediante impresión en tres dimensiones que estuvo disponible para todo el mundo en el año 2003. La compañía Defense Distributed estuvo detrás de una creación, que consiguió casi 100.000 descargas en los días que estuvo disponible el diseño, que acabó por ser eliminado por orden del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sin embargo, desde entonces, dada la evolución de estas impresoras, muchos han continuado el legado de Defense Distributed.
Compradores de impresoras 3D bajo el escrutinio del estado de Nueva York
La pistola mencionada fue únicamente el principio de un problema que tiene visos de ser más peligroso de lo que nadie podría haber anticipado. Algunos medios de comunicación, como es el caso de The Register, aseguraban, en su momento, que esta arma «no era más arma que cualquier otra pieza de un tubo de plástico» y que, además, las balas que podrían dispararse con la Liberator «podrían ir a cualquier lugar, aunque no muy lejos y no es muy probable que hiciese mucho daño a cualquier cosa que acertase».
La historia, 12 años después, ha cambiado casi de manera radical. Luigi Nicholas Mangione, sospechoso y principal acusado en el asesinato de Brian Thompson, CEO de la compañía United Healthcare, se supone que utilizó un silenciador y una pistola creada mediante impresión 3D para su maléfico plan. Por el momento, 15 estados, entre los que se incluye Nueva York, han regulado las armas impresas en 3D, tanto su impresión como su distribución, aunque muchas personas continúan desarrollándolas y dando quebraderos de cabeza a la policía.
Aquí es donde entra la nueva ley propuesta por el estado de Nueva York, que no se centra tanto en las propias pistolas, sino en las impresoras 3D que las fabrican. La ley permitirá al FBI realizar un chequeo de los antecedentes criminales y las huellas dactilares de aquellas personas que tengan la intención de comprar una impresora 3D. Eso sí, únicamente de aquellas capaces de imprimir un arma o cualquier componente de un arma.
Podrías pensar que imprimir un arma con este tipo de dispositivos es algo realmente complicado, pero incluso con impresoras no demasiado especializadas y con materiales accesibles en páginas web dedicadas a la venta de sus suministros, es posible crear una pistola capaz de asemejarse a cualquier homóloga tradicional. De hecho, algunos fabricantes de armas ya están utilizando estas impresoras para producir estructuras de armas con elementos plásticos.
La ley proporcionará toda la información del sujeto que quiera comprar una impresora capaz de imprimir un arma a la División de Justicia de Nueva York. Si la persona tiene antecedentes, la adquisición del equipo quedará vetada en este estado del país norteamericano. Sin embargo, en la sección de comentarios de la propuesta de ley, muchas personas dejan entrever su descontento y cómo pagan justos por pecadores. Por ejemplo, el usuario John_Pompeii declara:
Las impresoras 3D tienen un amplio rango de aplicaciones legítimas y no relacionadas con armas, como la educación, la sanidad, la industria de la fabricación y las industrias creatias. Someter a los compradores de impresoras 3D a chequeos de antecedentes por su potencial mal uso apuntar de manera injusta a una tecnología floreciente con beneficios sociales significativos.
El artículo Las impresoras 3D en Estados Unidos podrían ser investigadas por la policía. Todo es causa de la fabricación de armas caseras fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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