Scarlett Johansson, actriz de Hollywood, advierte sobre los peligros de la IA: «Debemos denunciar su mal uso o corremos el riesgo de perder el control de la realidad”

Su capacidad interpretativa ha llevado a Scarlett Johansson a ser una de las actrices mejor valoradas de Hollywood de los últimos años. Con películas destacadas como Lost in Translation, Her e Historia de un matrimonio, la neoyorquina ganó mucha relevancia por su papel de Natalia Alianovna «Natasha» Romanova, más conocida como Viuda Negra, en el universo cinematográfico inspirado en los cómics de Marvel Comics.

Sin embargo, su popularidad le ha jugado alguna que otra mala pasada. OpenAI, la empresa especializada en inteligencia artificial encargada del desarrollo de ChatGPT, implementó una voz similar a la de Johansson, llamada Sky, en el bot conversacional, lo que llevó a la actriz a pronunciarse. Al parecer, Sam Altman, CEO de OpenAI, realizó una oferta a Johansson, pero ella la rechazó.

Esto llevó a la estadounidense a posicionarse respecto a la inteligencia artificial, que es la tecnología del momento y del futuro. Ha expresado preocupación sobre su uso indebido, especialmente en la creación de deepfakes y la clonación de voces sin consentimiento. Ha vuelto ser víctima de la IA, ya que han usado su imagen en un vídeo condenatorio contra Kanye West.

Una falsa Scarlett Johansson junto a más de una docena de falsas celebridades, entre ellas, Drake y Adam Sandler

Scarlett Johansson, que profesa la fe judía, ha aparecido en un vídeo junto a David Schwimmer, Jerry Seinfeld, Drake, Adam Sandler, Stephen Spielberg, y Mila Kunis, entre otras celebridades que también siguen la misma religión, condenando los comentarios antisemitas de Kanye West, los cuales se volvieron virales esta misma semana.

El problema es que las celebridades de Hollywood no han aparecido realmente en ese vídeo, que tiene el título de «STOP al antisemitismo», sino que se trata de un deepfake. Los deepfakes son vídeos, imágenes o audios generados con inteligencia artificial que imitan la apariencia y voz de una persona. Son tan precisos que pueden engañar tanto a las personas como a los propios algoritmos.

La primera «persona» en aparecer en el vídeo, de menos de un minuto de duración, es Scarlett Johansson, con una camiseta que tiene estampada una mano y el dedo medio extendido (vamos, una peineta), una estrella de David y el nombre de Kanye West.

El vídeo está acompañado de una versión electrónica de «Hava Nagila», una canción popular judía que se suele tocar en eventos culturales de celebración, y que termina con el lema: «Ya es suficiente. Únete a la lucha contra el antisemitismo».

Mis familiares y amigos me han informado de que un vídeo generado por IA con mi imagen, en respuesta a una opinión antisemita, ha estado circulando en línea y ganando terreno. Soy una mujer judía que no tolera el antisemitismo ni ningún tipo de discurso de odio, pero también creo firmemente que el potencial de discurso de odio multiplicado por la IA es una amenaza mucho mayor que cualquier persona que asuma la responsabilidad por ello. Debemos denunciar el mal uso de la IA, sin importar el mensaje que transmita, o corremos el riesgo de perder el control de la realidad – Johansson en una declaración a People

Kanye West, conocido rapero estadounidense, se ha referido a sí mismo en reiteradas ocasiones como «Nazi», y ha alabado a Hitler en su cuenta personal de la red social X antes de desactivarla. Incluso llegó a descatalogar todos los productos de su tienda online para mantener únicamente una camiseta blanca con la esvástica en el centro.

Scarlett Johansson no está sola en la lucha. A finales de octubre, Nicolas Cage, aprovechando el Brunch de Honores del Festival de Cine Internacional de Newport Beach, pidió a las nuevas promesas de Hollywood que no vendieran su imagen ni voz a las empresas especializadas en inteligencia artificial, ya que es su instrumento de trabajo.

El artículo Scarlett Johansson, actriz de Hollywood, advierte sobre los peligros de la IA: «Debemos denunciar su mal uso o corremos el riesgo de perder el control de la realidad” fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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