
Aún queda mucho tiempo para ello, pero si queremos abandonar la Tierra para explorar el cosmos, necesitamos conseguir combustible más allá del que se puede fabricar en nuestro planeta. Existen diferentes soluciones para ello, aunque una de las que más opciones tiene de salir adelante es utilizar a nuestro satélite como fábrica y gasolinera para dar inicio a la era espacial de la humanidad.
La Luna como fuente de energía para la exploración espacial
Nuestro satélite contiene oxígeno e hidrógeno, que pueden ser utilizados para producir combustible. Es evidente que harán falta muchas décadas para poder tener constancia de una fábrica capaz de realizar esta actividad en la Luna, dado que uno de los grandes impedimentos de esta idea es que tendría que ser construida en la Tierra y ensamblada a 384.400 kilómetros, aunque también hay que tener en cuenta cuál será el coste de producir el combustible.
Según un reciente artículo publicado en la revista científica PNAS, cada kilogramo de combustible necesitará de 24 kWh de energía. Y es que es importante explicar que es mucho más eficiente lanzar cohetes desde nuestro satélite que desde la Tierra, tal y como subrayan los autores del estudio:
Los cohetes lanzados desde la Tierra (hasta el punto de Lagrange L1) deben quemar 25 kilogramos de combustible para transportar 1 kilogramo de carga, mientras que los cohetes lanzados desde la Luna (hasta el punto de Lagrange L1) solamente quemarían 4 kilogramos de combustible para transportar 1 kilogramo de carga.
La opción más lógica, por tanto, es crear la infraestructura idónea para conseguir combustible en la Luna. Esto puede hacerse a través del agua, que puede dividirse para obtener hidrógeno y oxígeno, aunque aún no sabemos cuántos depósitos existen y cuál es su volumen. Sin embargo, sí conocemos un material muy abundante en la luna y que también puede utilizarse para este fin: el regolito.
Este material está compuesto de diferentes minerales, algunos de ellos con contenido de oxígeno y ya existen estudios que han sido capaces de extraer el oxígeno de su composición, de tal manera que podamos utilizarlo para producir combustible en la Luna. Por ejemplo, un mineral conocido como ilmenita, ya ha sido utilizado anteriormente para producir oxígeno y, además, existen dos prototipos patentados de hardware que la NASA podría utilizar para comenzar el procesamiento de combustible en la Luna.
Supongamos que se consigue crear una infraestructura capaz de convertir la ilmenita en combustible. Ahora, el reto que queda por delante es conocer con exactitud su necesidad energética. Los científicos señalan que tres procesos se llevarían la mayor parte de la energía: la reacción a alta temperatura para producir agua, un 55%, la división del agua, un 38%, y la conversión del oxígeno en forma líquida, un 5%. Las matemáticas, por tanto, aseguran que serían necesarios 24 kWh de energía para producir cada kilogramo de oxígeno.
Llegados a este punto, el problema no es tan energético como de volumen, ya que serían necesarios muchos kilogramos de oxígeno para poder lanzar con éxito un cohete desde la Luna. Aún estamos muy lejos de tener que preocuparnos por este asunto, aunque el estudio ya quiere sentar las bases de un posible problema para la humanidad de dentro de décadas o siglos.
El artículo La Luna podría convertirse en una gasolinera espacial gigantesca. Es un paso necesario si queremos explorar el universo fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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