Virginia Carter, cartógrafa y profesora de universidad, lanza un mensaje de preocupación sobre esta zona de la Tierra: «no tenemos agua y la situación está empeorando»

Si pensamos en lugares con bajas precipitaciones, seguramente los desiertos sean los primeros parajes que nos vienen a la cabeza. Y hablando de desiertos, el problema del que te hablaremos a continuación tiene lugar en una árida extensión chilena, donde el agua es un bien tan escaso que necesita de ingeniosas soluciones para abastecer a la población que resiste en hábitats prácticamente inhóspitos.

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El desierto de Atacama es un área extrema del planeta. Sin embargo, la población de Alto Hospicio cuenta con una población que ronda los 140.000 habitantes, sobre todo atraídos por la minería de litio. El agua se obtiene de un acuífero que se llenó hace 10.000 años, pero que, poco a poco, va perdiendo su contenido al ser un bien tan necesario para subsistir en esta zona indómita de la Tierra.

Estas mallas permiten cultivar lechuga, menta o fresas en mitad del desierto

Estas mallas permiten cultivar lechuga, menta o fresas en mitad del desierto

Podrías pensar, dado que el mar no se encuentra demasiado lejos, que una planta desaladora podría ser una solución, pero son caras y necesitan de mucha energía. Además, las que existen están destinadas a abastecer a las minas de la región. Es por ello que otro método para conseguir agua se ha puesto en marcha y ha sido demostrado de utilidad en un reciente artículo publicado en la revista científica Frontiers in Environmental Science.

Hablamos de la recolección de niebla, un método de obtención de agua que podría proporcionar a la población de Alto Hospicio hasta 300.000 litros de agua cada semana para un total de 10.300 personas. Estamos hablando de aquellos habitantes de asentamientos sin agua corriente, que ahora mismo dependen del agua que llega en camiones. Además, esta agua no solo serviría para el consumo directo, sino que también podría ser utilizada para las cosechas y para, por tanto, poder obtener alimentos más asequibles.

Virginia Carter, autora principal del estudio, ha asegurado en el medio Popular Science que «esta agua no salvará a la ciudad», sino que podría ser una buena contribución en muchos lugares. Pero, ¿cómo es la tecnología que se encuentra detrás de la recolección de niebla?

La idea principal reside en lo que se conocen como atrapanieblas, que son unas mallas de gran tamaño. Cuando el viento transporta la niebla, esta pasa a través de la malla, que sirve para atrapar gotas de agua. Las gotas se acumulan y se hacen más grandes. Debido a la gravedad, las gotas empiezan a caer y son almacenadas en depósitos que en invierno pueden acumular 14 litros diarios, pero que en verano pueden quedarse a cero.

El planteamiento ideal para Alto Hospicio sería utilizar 17.000 metros cuadrados para recoger esos 300.000 litros semanales con ayuda de la niebla, algo que podría hacerse con entre 200 y 300 atrapanieblas, sobre todo en los meses de mayor carga de este fenómeno atmosférico. Por último, Virginia Carter afirma:

Este estudio es un muy claro ejemplo de cómo el conocimiento científico puede contribuir a decisiones públicas y a legislaciones. Tenemos un problema: no tenemos agua y la situación está empeorando. Pero, por otra parte, existe una solución. Existe este agua que está esperándo. Simplemente necesitamos una manera lógica de recolectarla.

El artículo Virginia Carter, cartógrafa y profesora de universidad, lanza un mensaje de preocupación sobre esta zona de la Tierra: «no tenemos agua y la situación está empeorando» fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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