
Las voces desarrolladas mediante inteligencia artificial (IA) ya se pueden oír en audiolibros, vídeos corporativos o elearnings (vídeos formativos). Las series, las producciones cinematográficas y los documentales todavía le aguantan el pulso a la IA porque, en esos formatos, los matices de la interpretación marcan la diferencia, y ahí las máquinas, por ahora, no son convincentes. Pero eso podría cambiar a medida que avance la tecnología. Los actores de doblaje españoles se están preparando para ese momento levantando una línea de defensa que se está replicando en otros países: quieren asegurarse de que quienes contraten sus servicios no puedan usar su trabajo para entrenar modelos de IA.
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