Se acaban de cumplir 149 años desde que Alexander Graham Bell realizara la primera llamada telefónica, algo que supuso una auténtica revolución en su momento. Sin embargo, si lo vemos con el prisma de nuestros tiempos se trata de un gesto tan natural hoy en día que no reparamos en su origen.
Las primeras palabras
En esa primera comunicación Bell, que en el momento del descubrimiento tenía 29 años, estableció la comunicación con su asistente, Thomas Watson. En esa toma de contacto, el científico se dirigió a su ayudante para decirle: “señor Watson, venga. Quiero verlo”. Escueto y conciso en las primeras palabras que se pronunciaban por un medio cuya evolución tal vez no imaginara ni alguien con una mente tan brillante como la de Graham Bell.
Los teléfonos actualmente nos permiten centralizar en ellos muchas más acciones que no solo la que imaginó en un primer momento Graham Bell: mensajería, aplicaciones bancarias, domótica, fotografía, navegación en la red y hasta sustituir a documentos oficiales.
La contribución realizada por el científico británico con nacionalidad estadounidense supuso un hito. El avance que le permitió lo obtuvo mientras resolvía varios problemas en un sistema de sonido; Bell se dio cuenta de cómo las ondas de sonido en el aire podían hacer variar la intensidad de una corriente eléctrica en un alambre. La evolución de las comunicaciones dio como resultado máquinas que pudieron cambiar el rumbo de la historia.
En casa del herrero, cuchillo de palo
Llama la atención un detalle acerca del teléfono: el propio Bell se negó a tener teléfono en su oficina y en su casa ya que lo consideraba una distracción que no se podía permitir con todos los frentes abiertos que tenía. Y es que para Graham Bell el teléfono supuso durante muchos años el invento por el que fue recordado, si bien nos encontramos ante un científico e inventor muy prolífico y que comenzó su carrera cuando tan solo tenía 12 años.
Pese a lo revolucionario del teléfono se da la circunstancia de que Graham Bell dejó de lado el desarrollo del mismo para apostar por inventos en otros campos y materias.
En la lista de aparatos que se le atribuyen encontramos el fotófono como precursor de la fibra óptica y que transmitía sonido a través de un rayo de luz, el gramófono con el que podía grabar sonido en cilindros de cera o el detector de metales, todos ellos antes de cumplir siquiera los 40 años. Sin embargo, Bell enfocó buena parte de su tiempo a los proyectos que se centraban en la aeronáutica y la hidrodinámica. En ese labor obtuvo la hidroala para aumentar la velocidad en el agua de los barcos y colaboró en el desarrollo de aviones y dirigibles con el grupo Aerial Experiment Association.
El artículo Forma parte de nuestro día a día y cumple 149 años: estas fueron las primeras palabras de su descubridor fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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