
Hacerse viejo es algo que le sucede a todos los organismos del planeta, aunque no siempre a un mismo ritmo. Sin embargo, algunas especies consiguen que su reloj interno no solo deje de girar en el sentido natural, sino que puede viajar en el tiempo de manera metafórica. Si quieres saber cuál es la especie de la que te estamos hablando y cuál es el truco que utiliza, no te pierdas la investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Duke y de la Universidad de California en San Francisco.
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Si te gusta la naturaleza, imaginamos que habrás podido unir puntos para adivinar el animal que se escondía en la portada de este artículo. Estamos hablando de un lémur, en concreto de la especie Cheirogaleus medius, también conocida como lémur enano de cola gruesa. A través del estudio publicado en la revista científica Biology Letters nos adentramos en los secretos de su organismo y en su capacidad para desafiar al mismísimo tiempo.
Todo tiene que ver con una parte fundamental de los cromosomas, que se denomina telómero. Estaríamos hablando de unas estructuras que se encuentran en los extremos de los cromosomas y que funcionan como esos trozos de plástico en los cordones de las zapatillas. A medida que se van utilizando, estos se desgastan. Lo mismo sucede con las células, que a medida que se dividen, van perdiendo telómeros en el proceso.

Imagen de archivo de un lémur enano de cola gruesa
De hecho, la ciencia ya sabe que el estrés, una vida sedentaria o la falta de sueño son factores significativos a la hora de dividir las células más rápido, con lo que también se acelera la pérdida de los telómeros. Sin embargo, el lémur enano de cola gruesa tiene un método para que sus telómeros sean más largos y se recorten mucho menos.
El proceso sucede mientras están hibernando, algo que pueden hacer durante siete meses en un estado que se conoce científicamente como animación suspendida. El organismo casi se pausa, por ejemplo el corazón pasa de latir 200 veces por minuto a tan solo 8 veces, mientras que realizan una respiración cada diez minutos. Este estado puede durar una semana y les provoca tener el cuerpo realmente frío.
Es por eso que deben salir de la animación suspendida cada semana para calentarse y para, aunque parezca paradójico, dormir. Después de que han recuperado las horas de sueño, vuelven a la hibernación y repiten el proceso durante meses. Tras realizar experimentos con 15 lémures, los investigadores descubrieron que los telómeros no solo no se acortaban durante la hibernación, sino que se alargaban.
Lydia Green, coautora del estudio y perteneciente al Departamento de Biología de la Universidad de Duke, asegura que «al principio pensábamos que algo estaba mal con los datos». Se pudo comprobar que los lémures que hibernaban más profundamente eran los que conseguían alargar esos telómeros, un mecanismo que permite revertir daños celulares. Ahora, queda descubrir cómo lo consiguen, algo que aún permanece como un misterio por resolver.
El artículo Estos animales han conseguido hacerse viejos lentamente. El truco que utilizan es dormir mucho, aunque no es infalible fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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