
Donaldjohanson visto por el instrumento Long-Range Reconnaissance Imager (L’LORRI) de Lucy – NASA/Goddard/SwRI/Johns Hopkins APL/NOIRLab
Lanzada el 16 de octubre de 2021, la sonda Lucy de la NASA tiene como objetivo estudiar los asteroides troyanos de Júpiter. Está previsto que comience su misión en 2027. Pero en su camino hacia su destino el pasado domingo 20 de abril de 2025 sobrevolaba el asteroide 52246 Donaldjohanson. Y ya hemos empezado a recibir imágenes del encuentro, aunque aún faltan semanas para que lleguen todas porque la cobertura 5G allí no va muy bien.
Tras su lanzamiento Lucy ha usado dos asistencias gravitacionales de la Tierra para coger velocidad y modificar su trayectoria de cara a su llegada a 3548 Eurybates, el primero de sus objetivos. Pero la trayectoria ha sido diseñada de tal forma que ya el 1 de noviembre de 2023 hizo un sobrevuelo del asteroide Dinkinesh. Y para que sobrevolara 52246 Donaldjohanson.
Trayectoria de la misión – Southwest Research Institute
Estos dos encuentros le han servido como ensayo general de sus futuros encuentros con los asteroides troyanos que va a estudiar, ya que no lleva combustible a bordo como para frenar cuando se acerque a ellos ni mucho menos para acelerar de nuevo para irse a otro.
De hecho en total pasará unas 24 horas observando sus objetivos a lo largo de los 12 años de su misión. Si al terminar este recorrido le queda combustible y los sistemas de a bordo siguen funcionando correctamente es posible que se prorrogue su misión para visitar más asteroides.
En el caso de Donaldjohanson llegó a una distancia mínima de 960 kilómetros del asteroide, moviéndose a una velocidad relativa a él de 13,4 kilómetros por segundo. Así que para observarlo correctamente ha tenido que maniobrar con la suficiente agilidad como para poder mantenerlo en el campo de vista de sus instrumentos. Y no parece haber tenido problemas con ello.
Las observaciones hechas desde tierra sugerían una forma alargada y un tamaño de unos cuatro kilómetros. Pero ahora sabemos que en realidad mide 8×3,5 kilómetros, con lo que sale cortado en las imágenes tomadas más de cerca. Así que no lo veremos entero hasta que vayan llegando más datos.
Lo que es más una sorpresa y una casualidad casi cósmica es que ha resultado ser un asteroide de contacto formado por la fusión de dos asteroides distintos, igual que Dinkinesh. Y que el asteroide que Lucy descubrió en órbita alrededor de Dinkinesh. Eso sí, los que los forman parecen dos asteroides historias muy diferentes, ya que uno parece bastante más acribillado por impactos que el otro.
Donald Johanson, por cierto, es el paleoantropólogo que descubrió los restos fósiles bautizados como Lucy que dan nombre a la sonda de la NASA. Y fue el equipo de la misión el que escogió el nombre para el asteroide allá por 2015, mucho antes de que la agencia tan siquira hubiera aprobado la misión.
Es un homenaje a su buen hacer –consiguieron montarla y lanzarla en tiempo y presupuesto a pesar de la pandemia de covid– que hayan podido finalmente visitarlo.
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