La neurociencia busca comprender el funcionamiento y las bases biológicas del sistema nervioso, donde el cerebro desempeña un papel fundamental. Es verdad que la ciencia ficción nos ha mostrado conexiones cerebro-máquina en futuros distópicos, pero quizás no sabías que ya desde el siglo XIX el ser humano ha buscado la manera de entender cómo la estimulación eléctrica del cerebro es beneficiosa para el ser humano.
La historia de los implantes cerebrales y el estudio del cerebro
No queremos hacer ningún tratado sobre el órgano más misterioso de nuestro cuerpo. Simplemente, dado que Neuralink ha puesto en boca de todos los implantes cerebrales, queríamos hacer retrospectiva acerca de cómo llevamos siglos jugando con la posibilidad de ‘hackear’ nuestros cerebros.
Por comenzar por los inicios de la neurociencia, habría que destacar a Eduard Hitzig y Gustav Frisch, científicos que consiguieron estimular el cerebro de un perro en 1870 y que serían los precursores de lo que sucedería más adelante.
Roberts Bartholow fue el neurocirujano que consiguió llevar el experimento a seres humanos y el cuál describió en el artículo publicado en The American Journal of the Medical Sciences. Mary Rafferty fue la paciente cuyas extremidades consiguieron moverse a través de implantes cerebrales.
Eso sí, una figura de nuestro país consiguió destacar ya avanzado el siglo XX. Estamos hablando de José Manuel Rodríguez Delgado, quien comenzó a experimentar con implantes en los años 40 en pacientes esquizofrénicos y con epilepsia. De hecho, en el año 1963, uno de sus implantes permitió controlar la furia de un toro a través de un conjunto de electrodos dentro de su núcleo caudado.
Y esto nos lleva hasta principios del siglo XXI, donde la compañía BrainGate dio visibilidad a la figura de Matthew Nagle, el primer ser humano que recibió un implante cerebral capaz de ayudarle a controlar un ordenador con sus pensamientos, tal y como se asegura en la página web de la Brown Alumni Magazine.
Neuralink está haciendo mucho ruido en los últimos meses, pero no han inventado nada que no se conociese hasta el momento o que BrainGate no hubiese investigado. En esta compañía, por cierto, trabajan neurólogos, neurocientíficos, ingenieros, matemáticos y otros científicos que se centran, según palabras textuales de BrainGate, en ‘el desarrollo de tecnologías de interfaces cerebro-máquina para restaurar la comunicación, movilidad e independencia de personas con dolencias neurológicas, lesiones pérdidas de extremidades’.
El artículo Elon Musk no es el primero en instalar un chip cerebral: esta es la historia de los implantes en el cerebro fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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