La pared de la muerte tiene más de 100 años: así es el truco más espectacular (y ‘fácil’) del mundo del motor

Dentro de los espectáculos carnavalescos o de feria que podemos asociar al mundo del motor de una manera más directa, sin duda el primero que se nos viene a la cabeza es la pared de la muerte. Aunque el show también recibe el nombre de silódromo, motórdromo, ‘Maut ka Kuaa’ o pozo de la muerte según país, al final estamos haciendo referencia al espectáculo por el que los pilotos de automóviles en miniatura o pequeñas motocicletas son capaces de circular por la pared de un silo o un cilindro de madera u otros materiales con forma de barril. No es el ‘Hyperloop’ de Elon Musk, pero tiene su gracia.

Resulta espectacular ver como los conductores de estos pequeños vehículos y motos tienen la habilidad de mantenerse ‘pegados’ a la pared de estos recintos y realizar a la vez todo tipo de cabriolas y acrobacias. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el concepto que sustenta la pared de la muerte no es otro que la fricción y la fuerza centrífuga, algo que ya sabían cuando se estrenó la primera pared de la muerte o motórdromo de carnaval abrió sus puertas en 1911. Nada que ver con espectáculos modernos de luces con drones.

Los pilotos que se enfrentan a las paredes de la muerte son capaces incluso de circular sin agarrar el manillar de la moto

El primer motórdromo fijo apareció en el parque de atracciones de Coney Island (Nueva York) en 1911, aunque rápidamente este concepto se extendió a las ferias y carnavales ambulantes con pistas portátiles con una inclinación alta, pero todavía sin llegar al concepto definitivo de pared de la muerte. De hecho, hay que esperar hasta 1915 para el debut del primer motórdromo con pared vertical, siendo bautizado entonces como pared de la muerte. El Bridson Green Búfalo, en Nueva York, fue el primero, pero rápidamente el concepto se extendió a lo largo y ancho de Estados Unidos.

Las primeras motocicletas que se utilizaron para surcar estos silódromos eran pequeñas Indian Scout con 37 c.c. de cubicaje, aunque como es lógico tanto los vehículos en miniatura como las motos que se utilizan en este tipo de espectáculo han ido evolucionando, al igual que la propia construcción de las propias paredes de la muerte. Lo que no ha cambiado desde el estreno de este tipo de espectáculos hace más de 100 años es la posición del público en la parte superior del cilindro. Así sigue siendo en las paredes de la muerte activas, que son muchas, sobre todo en India y países asiáticos.

Este tipo de espectáculo está volviendo a ganar adeptos, aunque cuenta con una gran fama en países como la India

A pesar de la gran fama que tienen todavía las paredes de la muerte, del resurgir de este tipo de construcciones y espectáculos en las concentraciones moteras o del ‘boom’ inicial que supuso este show por la espectacularidad del mismo, hay que confesar que quizá estamos ante el truco más fácil del mundo del motor, ya que aunque visualmente es muy llamativo, el poder circular por una pared vertical con un vehículo en miniatura o moto sólo es una cuestión de potencia, fricción y fuerza centrífuga. Eso no quiere decir que sea fácil conducir en una pared o muro de la muerte, pero el concepto físico es claro.

La base del espectáculo de las paredes de la muerte es que los pilotos de vehículos y motos aprovechan la fuerza centrífuga generada al rodar a alta velocidad en la base de la pared de la muerte para mantenerse en circulación por el plano vertical de la misma. Sí que es cierto que requiere una preparación para controlar los tiempos y cierto manejo de la perspectiva para no perder el impulso, pero como decimos se trata de uno de los trucos del mundo del motor más espectaculares si lo ponemos en una balanza comparando el resultado con los riesgos que se toman.

El artículo La pared de la muerte tiene más de 100 años: así es el truco más espectacular (y ‘fácil’) del mundo del motor fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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